El diputado salteño Martín Grande, del Pro, solicitó la semana pasada durante una sesión especial de la Cámara de Diputados que el gobierno nacional investigue el dióxido de cloro para determinar si se puede utilizar como cura para el coronavirus. 

"Solicitamos junto con otros compañeros diputados, que el Gobierno realice investigaciones científicas sobre el dióxido de cloro para determinar su posible utilización, antes que nos obliguen a vacunarnos con vacunas de dudosa efectividad", tuiteó el diputado. 

Además, reveló que él consume la sustancia al igual que varios de sus colegas para "facilitar" su tarea y no contagiarse "del bicho de porquería ese". Paralelamente, advirtió que no se vacunará contra el coronavirus. 

Semanas atrás, luego de también defender su uso en una sesión, la diputada nacional por la Coalición Cívica Mónica Frade admitió que tomaba dióxido de cloro "bajo prescripción médica" en diálogo radial con el periodista Luis Novaresio.

"Sé dónde lo tengo que comprar. El problema es que hay mucha gente que está haciendo esto sin control médico y esto es preocupante”, agregó.

"Hay muchos funcionarios e intendentes que lo toman y no lo dicen", aseguró criticando al gobierno nacional por no permitir su consumo regulado. 

Indignante: la diputada que propuso el consumo de dióxido de cloro en plena sesión

"Estoy proponiendo que se aprueben los ensayos clínicos para que sepamos de una vez si esta sustancia es una sustancia que puede ayudar a tratamientos, no solo de COVID-19 sino de infecciones en general", explicó Frade.

"Me empezó a llegar mucha información sobre este tema, sobre médicos que estaban utilizando esto y las comprobaciones que estaban haciendo. Son medicinas alternativas", continuó. "Empiezo a informarme y a participar de zooms con médicos, bioquímicos e infectólogos que estaban analizando la posibilidad de aplicar dióxido de cloro para minimizar los daños en el tratamiento de COVID-19".

La vacunación

Los operativos de vacunación gubernamentales comenzarán a fines de diciembre con la vacuna rusa Sputnik V (si efectivamente se prueba su seguridad en la fase III de experimentación).

Los primeros en recibirla serán el personal de salud, los que padecen enfermedades graves que los colocan en grupos de riesgo y y los mayores de 65 años.

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Para abarcar todo el país con la vacunación, se creará un “comando” que estará integrado por los ministerios de Salud, del Interior, y de Defensa para coordinar con los distintos gobernadores.