El ahora ex ministro de Hacienda y Finanzas Públicas de la Nación Alfonso Prat Gay, tras su salida del Gobierno retomará quizás una vida más relajada, donde la prioridad volverán a ser sus hijos Clara, Alfonso e Iñaki.
Sin embargo, hay otras pasiones que el ex funcionario, de 51 años, buscó mantener y de las que ahora podrá disfrutar sin estar pendiente de la variables macro económicas.
Entre sus excentricidades en el Gobierno no pueden olvidar una: se movía con mucha custodia oficial y, hasta que la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, tomó la decisión de recortarla, se lo podía ver yendo y viniendo desde Belgrano escoltado como si fuera un magnate ruso. En muchos casos, con uno o dos autos delante con sirenas y escoltado por motos de la Policía Federal.
El ex ministro de Hacienda en su departamento de Bajo Belgrano.
Fanático de Boca y asumido como "temperamental" dentro de la cancha, no perderá tiempo para retomar esa afición que quizás en su tiempo al frente del Ministerio debió dejar de lado.
En el plano de la gestión a Alfonso siempre lo criticaron por su profundo ego. De hecho, le costaba trabajar en equipo con otros ministros, no quería responder a las ordenes de Mario Quintana, coordinador económico, y, como si fuera poco, le escondía información a otros funcionarios. "Siempre se cortó sólo, sólo iba a las reuniones en las que estaba el Presidente, a las demás, mandaba a su segundo, Lacoste", reflejan en la Casa Rosada para ilustrar que él sólo se sentía cómodo creyendo que podía hablar de "igual a igual" con Macri.
"En la cancha me transformo: en una época no bien empezaba ya me ponían la roja. Casi siempre peleo con el referí ¡Es que no soporto las injusticias!", le contaba años atrás a la Revista Para Ti.
Prat Gay y su transformación dentro de la cancha.
Cuando se graduó de Economista en la Universidad Católica Argentina, recibió una medalla de oro por su promedio perfecto. Tiempo atrás indicaba: "Soy muy exigente. Pero no sólo conmigo, también con los demás. Sin embargo, tengo claro que también se aprende mucho de los fracasos". Una visión que deberá poner en práctica por estos días.
Pero si hay algo que realmente le gusta al ex titular de la cartera de Hacienda es cantar en público, algo de lo que también disfruta el presidente Mauricio Macri. Hace unos meses atrás se lo pudo ver eufórico en una fiesta cantando Costumbres Argentinas, uno de los himnos de Los Abuelos de la Nada.
Entre algunas de las curiosidades que protagonizó se lo pudo ver en 2013, junto a Victoria Donda, Ricardo Gil Lavedra y Humberto Tumini haciendo campaña para Unen para llegar a la cámara de Senadores. Así se los pudo ver recorriendo diferentes playas, donde la bikini de Donda llamó la atención de más de uno.
Vicky Donda y Prat Gay en campaña para llegar a Senadores.
Como si fuera un circo rodante llevaron hijos, parejas y nietos a los actos y el perfil conservador de Prat Gay comenzaba a ablandarse. “Nos estamos divirtiendo más que haciendo campaña”, decía en ese entonces. “Cuando me den el micrófono, yo canto”, avisaba.
En dos ruedas
Otra de sus grandes pasiones es el motociclismo, al igual que ex funcionarios como Amado Boudou o Sergio Berni, Prat Gay se desplaza mayormente en dos ruedas por toda la Ciudad para evitar las pérdidas de tiempo. Su motocicleta Triumph, que en el mercado ronda entre los 300 y 450 mil pesos, es su gran aliada también para emprender viajes por las rutas argentinas. Es así que, cuando llega el momento, el economista no duda en calzarse su campera de cuero y sus lentes aviador y salir a las calles como un verdadero moto rider.
Aunque esté de traje suele elegir la moto para llegar a cualquier destino.
Ex divorciado de Lourdes Tow, la madre de sus hijos, se convirtió en una de las caras bonitas del gabinete de Macri. Pese a portar una aparente pulcritud, se reconoce un "desastre" y asegura que nunca se puso una crema, y que como mucho alguna vez usa protector solar.
Al mando de Hacienda no sólo debió enfrentar costos políticos como el que hoy lo lleva a dar un paso al costado. Este año debió terminar una relación sentimental de cuatro años. Pese al mal momento, en septiembre se hizo tiempo para viajar como "acompañante" de su hijo en una especie de viaje de egresados que realiza el colegio Cardenal Newman en Inglaterra.
De esta manera Alfonso, aunque no se aleje de la economía volverá a ser "el negro" como lo llama su familia.