Cada argentino tiene una opinión formada en relación a las posibles soluciones para la problemática de la corrupción institucional. Sin embargo, la de Mario Carosini es ciertamente particular: este contador es co-fundador y presidente del Movimiento Monárquico Argentino, que pregona la instauración de un rey en Argentina como el único camino adecuado.
El logo del Movimiento Monárquico Argentino.
"Nuestro país claramente se dirige con paso firme a convertirse en un México", expresa Carosini en charla con BigBang. "Es decir, un país en el cual el Estado no domina la mayor parte del territorio, qué es controlado por grupos narcos o mafiosos dedicados a todo tipo de actividades criminales".
Y, a su juicio, este desalentador análisis apunta al hecho de que el núcleo de corrupción institucional es la república misma, a quien define como "un esquema sistémicamente corrupto y corruptor".
"El presidente es Gobierno y Estado al mismo tiempo", explica Carosini. "Como jefe de Estado, es el controlador pero como jefe de Gobierno es el controlado. Quiere decir que el sistema denominado República le exige al presidente que se controle a sí mismo. Un absurdo inviable. Porque nadie se controla a sí mismo es que la República es un sistema corrupto y corruptor".
¿Un rey Habsburgo?
Así, para él, es hora de reemplazar la república por una monarquía constitucional parlamentaria, donde el jefe de Gobierno es un político electo y la jefatura de Estado está a cargo del monarca, "cuya preparación teórica y práctica, que dura aproximadamente 40 años antes de acceder al trono, es controlada por el parlamento".
Mario Carosini, presidente del Movimiento Monárquico Argentino.
Como prueba de su funcionamiento, Carosini subraya que "en los cinco primeros lugares del ranking mundial que elabora la ONG Transparencia Internacional, hay cuatro monarquías constitucionales y, en el primer lugar desde hace varios años, se encuentra el Reino de Dinamarca".
Pero, ¿quién sería para el Movimiento Monárquico Argentino el ocupante ideal del trono argentino? Según el presidente del Movimiento Monárquico, la candidatura principal iría para la casa Habsburgo, nacida en Austria, que estableció una rama en América a través de Maximiliano I, emperador de México entre 1862 y 1864.
Luis Carosini, padre de Mario y fundador del Movimiento, entrevistado por Susana Giménez.
Y aunque la palabra "monarquía" pueda traer resonancias retrógradas al oído, Carosini afirma que en realidad "la república es realmente una forma de gobierno retrógrada, absurda y corrupta".
"Es retrógrada porque junta al Gobierno y al Estado en manos de una sola persona o partido político, característica del absolutismo", agrega. "Absurda y corrupta, porque, como he dicho, pretende que el presidente en cuanto Estado, se controle a si mismo, en cuanto Gobierno. La fusión de Gobierno y Estado es una característica de las dictaduras".
Militancia activa
Carosini no es el único que sigue esta línea de pensamiento: más de 1000 personas militan activamente en el Movimiento Monárquico Argentino que fundó junto a su padre.
"Se calcula que hay cerca de 800 mil monárquicos en todo el país como mínimo, descendientes de españoles e italianos monárquicos que vinieron a la Argentina", amplía. "Tenemos distintos grupos distribuidos por varias provincias, nos reunimos periódicamente y coordinamos la acción nacional e internacional".