10 Enero de 2017 18:26
En el discurso de menos de 20 minutos que hizo hoy en Casa Rosada, lo nombró cinco veces por su nombre de pila. Lo felicitó y le agradeció incluso más que a su ministro de Energía Juan José Aranguren y que al gobernador de Neuquén Omar Gutiérrez.
Para Mauricio Macri, el gran protagonista de los anuncios que apuestan a lograr inversiones por 5.000 millones de dólares en el megayacimiento de Vaca Muerta es Guillermo Pereyra, el sindicalista petrolero que se convirtió en el preferido del Presidente.
Pereyra entre Moyano y Cristina, cuando todo era armonía.
"Con Guillermo empezamos a hablar hace varios meses alrededor de esta idea de que esa Argentina chica, esa Argentina del miedo, de que cada uno quiere aferrarse a lo que tiene sin importarle que hay muchos argentinos que están excluidos; que aferrarse a eso que cree que es una pequeña ventaja y que nos impidió crecer durante tantos años no iba más, que necesitábamos de argentinos con coraje, que hiciesen lo que realmente sentían que nos iba a generar un futuro distinto, sin quedarse en la crítica y la presión de lo que está alrededor de uno, que a veces tanto nos condiciona", afirmó el presidente sobre Pereyra que además es además es senador nacional por el Movimiento Popular Neuquino y quiere ser gobernador.
"Con Guillermo y después con Manuel (Arévalo) encontré en las sucesivas reuniones dirigentes con esa apertura, con esa capacidad de entender que abriendo esta puerta no sólo se garantizaba el empleo a los trabajadores que tenían hoy, sino que podía ampliarse esa familia varias veces y llevar felicidad a muchos argentinos (...) Y de esto se trata esta apuesta gigantesca que hemos hecho para Vaca Muerta".
Desde que Cambiemos asumió el poder, Macri y el sindicalista petrolero se reunieron por lo menos cuatro veces a solas en Casa Rosada. Pereyra se convirtió en el interlocutor privilegiado por el Presidente y en la llave que abría a la ansiada meta oficial, la de aumentar la productividad en base a forzar cambios en los convenios colectivos de trabajo.
"Guillermo", como lo llama el Presidente, es el líder del Sindicato de Petróleo y Gas Privados de Neuquén, Río Negro y La Pampa, representa a 20 mil trabajadores petroleros y tiene una incidencia decisiva sobre el yacimiento que hoy fue materia de anuncios.
Pereyra aplaude a Macri en primera fila y al lado de Aranguren.
Aunque, según contó Macri en Casa Rosada, "hubo momentos que parecía que se pudría todo, enojos, pateaban la mesa" el acuerdo entre las partes es considerado un triunfo para el gobierno nacional.
"La revolución del trabajo" que anunció el Presidente incluye una Adenda al convenio colectivo de trabajo de los petroleros para yacimientos no convencionales que, a último momento no se firmó, según lo que anticipó el portal especializado "El inversor On Line".
El Presidente negocia cambios en los convenios con Pereyra desde hace dos meses.
El sindicalista petrolero no es un recién llegado a la política. Desde que el kirchnerismo decidió estatizar parcialmente YPF y avanzar con el proyecto de Vaca Muerta, se convirtió en una pata fundamental de cada negociación.
Por pedido de Miguel Galuccio, asumió un sillón en el directorio de la petrolera de mayoría estatal pero renunció poco después para tomar distancia del gobierno de Cristina Kirchner y reafirmar su alineamiento con la CGT de Hugo Moyano.
Macri acordó con Pereyra cambios en el convenio colectivo que representan una baja en el salario de hasta el 40 %. Entre las modificaciones principales que incluye en sus 25 artículos, la Adenda de Vaca Muerta no incluye como horas extras ni el tiempo de traslado, ni el tiempo de espera, ni el de pernocte en los pozos.
Macri elogió y felicitó a Pereyra más que a Aranguren.
Por eso, los críticos de Pereyra sostienen que el acuerdo pretende que los trabajadores hagan la misma tarea por menos sueldo. Dormir en los yacimientos después de trabajar 36 horas seguidas en operaciones especiales ya no será remunerado, tampoco la hora de traslado que se cobraba como hora trabajada y ahora se cobrara como hora de viaje.
Para el sindicalista petrolero de Chubut Jorge "Loma" Avila, el acuerdo entre el gobierno y Pereyra es una forma encubierta de bajar los sueldos. Fue lo que comenzaron a experimentar en carne propia los operarios de multinacionales como Halliburton, Schlumberger, y Weatherford que ya cobraron el primer sueldo en Neuquén e iniciaron incluso retención de tareas en busca de percibir el salario completo. Eso podría dar lugar además a juicios laborales.
"Es el primer dirigente de la historia de la Argentina que entrega varias de las conquistas peleadas sin haber hecho un frente común para defendernos", le dijo Avila a Clarín.
El sindicalista petrolero junto a Parrilli, De Vido y el ex gobernador Sapag.
Hay algo más que preocupa a los petroleros y que las empresas y el gobierno podría utilizar como variante para avanzar en su proyecto de bajar los costos laborales: despedir personal que hoy rige su actividad por el viejo convenio de trabajo y volver a tomarla bajo las nuevas condiciones que habilita la Adenda que pretende Macri. Todo eso que hoy se promete como parte de una revolución del empleo es la punta de lanza de una transformación más ambiciosa, que el gobierno nacional desea trasladar al resto de los convenios colectivos. Por eso, el Presidente se cansó de elogiar a Pereyra en Casa Rosada. Lo llamó Guillermo y le agradeció por "la apertura y el coraje de no tener miedo y no aferrarse a lo que tiene".