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Moyano, en la mira: investigan giros de Camioneros a su constructora por $ 200 millones

Aconra S.A recibió ese dinero de parte del sindicato. Además, sus hijastros ingresaron al blanqueo con 1.100.000 millones de dólares. El barrabrava Bebote Álvarez lo complicó ante la Justicia.

11 Enero de 2018 09:21
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La familia de Hugo Moyano inició de forma tormentosa el 2018. La Unidad de Información Financiera (UIF) investiga al presidente de Independiente y su familia por “irregularidades en la administración de los recursos” del gremio camionero y apunta a operaciones por más de 200 millones de pesos que la compañía constructora Aconra S.A. -y otras dos- realizaron con el sindicato que dirige su hijo, Pablo Moyano.

Moyano, investigado por la UIF.

El informe señala que, al menos entre septiembre 2010 y marzo de 2011, a una cuenta de Aconra Construcciones cuya principal accionista es Valeria Salerno (hija de Liliana Zulet, cónyuge de Moyano), ingresaron fondos por $220.828.867,56. De una muestra preliminar de 26 cheques por $105 millones que analizó la UIF, la totalidad fue librada por el Sindicato de Choferes de Camiones y firmado por Pablo Moyano, como secretario Adjunto.

Según el informe, publicado por Clarín, la modalidad "se habría mantenido hasta la actualidad" y señala que entre febrero y julio de 2017, se habrían registrado en la misma cuenta ingresos de dinero por $113 millones, de las cuales el 90% correspondería a Camioneros, es decir, unos 206 millones de pesos.

Zulet, la esposa de Moyano.

La empresa Aconra es presidida por Vicente Asorey, suegro de Valeria Salerno, una de las hijas de Liliana Zulet (la esposa de Hugo Moyano) y vice de la compañía. Como director, en tanto, figura Juan Manuel Noriega Zulet, otro de los hijastros del camionero, también integrante de otras firmas.

Blanqueo

Valeria  Salerno y Juan Manuel Noriega Zulet, hijos de Liliana Zulet, la esposa de Hugo Moyano, blanquearon US$1.100.000 dólares de actividades vinculadas al sindicato de camioneros y a su obra social, según se desprende de otro informe de la UIF. 

La investigación señaló además, que sociedades proveedoras del gremio que manejan los hijastros de Moyano compraron en los últimos años 6 casaquintas en Parque Leloir.

Los hijastros de Moyano ingresaron al blanqueo.

Salerno (37 años) y Noriega Zulet (31) ingresaron al blanqueo por una suma de US$550.000 cada uno, según el reporte de la UIF. El 21 de noviembre de 2016, los hijastros de Moyano llevaron el dinero en efectivo hasta una sucursal del Banco Francés. Allí abrieron dos cuentas especiales para ingresar en el Régimen de Sinceramiento Fiscal con números correlativos (terminadas en 083 y 084) y realizaron el depósito bancario, según La Nación.

Bebote complicó a Moyano

Pablo "Bebote" Álvarez y su mano derecha, Damián Langaronne, ambos barras del club Independiente detenidos con prisión preventiva por lavado de dinero, declararon como arrepentidos ante el juez federal de Quilmes, Luis Armella, y revelaron un sistema de maniobras sospechosas de las altas esferas del club con los ingresos del equipo de Avellaneda.

Bebote Álvarez complicó a Moyano.

En su exposición, Álvarez aseguró que el dinero que ingresaba por venta de jugadores iba a parar a Luxemburgo, paraíso fiscal en el que Independiente tiene una cuenta desde la gestión de Javier Cantero. Luego, relató que la plata volvía a una mesa integrada por Pablo Moyano y un ex vicepresidente del club. Vale recordar que la anterior gestión en ese cargo fue de Noray Nakis, quien también está preso en la misma causa.

Bebote explicó que ese dinero era puesto a trabajar en el circuito financiero (legal e ilegal) y generaba ganancias que no eran declaradas en los balances del club, en los que sólo se consignaba el monto original surgido de la venta de los futbolistas.

El polémico barrabrava también denunció que la construcción del estadio Libertadores de América fue pagada a una constructora vinculada a la familia Moyano y que se pagaron sobreprecios para blanquear plata negra. 

Otro de los mecanismos de blanqueo, según Álvarez, era mediante la compra de jugadores con problemas físicos. Incluso, dijo que el médico del plantel Luis Charadía habría sido despedido a principios de 2017 por negarse a firmar el apto médico de jugadores que no estaban en condiciones de jugar.