11 Octubre de 2016 10:42
Tiene 41 años, es abogado y tiene dos hijas. Militó en Lomas de Zamora para el PRO pero en su currículum se puede ver un antecedente clave: haber sido quien tuvo a cargo las compras de la Policía Metropolitana desde que Mauricio Macri decidió intervenir al entonces ministro, Guillermo Montenegro, allá por 2010.
Hoy Ignacio “Nacho” Greco es noticia: es el “civil” elegido por la gobernadora bonaerense, María Eugenia Vidal, para administrar todos los gastos y compras de la indomable Policía Bonaerense.
Aunque la decisión se conoció hoy, Vidal tomó la decisión hace tres meses cuando acordó con su ministro de Seguridad, Cristian Ritondo, comenzar a sacarle negocios a los comisarios de la Bonaerense: el control de las plantas verificadoras vehiculares y el manejo de las horas Polad (los adicionales).
El ministro Ritondo con el jefe de la Bonaerense, Pablo Bressi, durante un operativo.
En el primer caso se trata de siete plantas donde, según contaron a BigBang desde la Gobernación, se facturaba aproximadamente un 30% de lo que realmente se verificaba. Es decir, un 70% de los autos recibían la oblea pero ese dinero no era registrado, era parte de la “caja” de los comisarios.
En el caso de las horas Polad, el negocio era claro: en un operativo, por caso en canchas de fútbol, los comisarios aducían que había una cantidad de efectivos pero, en concreto, iban muchos menos. También se truchaban las actas con los tiempos de trabajo.
Ahora, tras la decisión de Vidal, tendrá la potestad de administrar todas las contrataciones de la fuerza.
Quién es Greco
“Nacho” Greco no es un novato en el PRO. Proviene del riñón del ministro de Infraestructura de la Provincia, Edgardo Cenzón. De hecho, el hermano del funcionario de Seguridad, Lisandro Greco, es hoy subsecretario de Administración de esa cartera.
Greco, funcionario y militante del PRO.
El primer cargo de envergadura de Ignacio fue como subsecretario de administración de la Metropolitana. En ese entonces, el jefe de Gobierno porteño desconfiaba del ministro Montenegro y decidió intervenir el área de compras. Fue luego de una polémica compra por más de $2 millones en patrulleros de manera directa.
Greco se hizo cargo de las contrataciones de la fuerza porteña hasta diciembre de 2015, cuando Ritondo lo llevó para que ocupe un cargo similar, pero esta vez con la Bonaerense. Un desafío inmensamente mayor.
Entre las principales cuestiones que encontró, no bien asumió, se pueden enumerar:
Un 30% de la fuerza tenía chaleco propio. El resto, usaba “chaleco caliente”, es decir, se intercambiaba el chaleco cuando dejaba su turno.
Había unos 14 mil patrulleros con seguro automotor, unos 8 mil con vales de nafta pero menos de siete mil realmente en funcionamiento.
Armas y equipamiento de más de 10 años de antigüedad.
Comisarias con graves falencias: desde falta de Internet hasta, por caso en Lomas de Zamora, siquiera un baño.
De perfil bajísimo, sólo comenzó a dar notas cuando se lanzó en la arena política.
El político
En plena gestión, Greco, oriundo de Lomas de Zamora, comenzó a trabajar políticamente en su municipio. Hasta allí llegó Macri en campaña en varias oportunidades. Una de ellas, en agosto de 2014, junto a la propia Vidal. Ese día el líder del PRO recorrió el centro comercial y la peatonal de Lomas junto a Greco. Era el pre candidato a intendente y en el macrismo buscaban darle aliento.
Su perfil en la página del PRO donde promocionaba una futura candidatura en Lomas de Zamora.
Pero, meses más tarde, irrumpió Julio Cruz, el ex futbolista de Banfield. El “jardinero” llegó de la mano de Federico Salvai, el actual ministro de Gobierno bonaerense y armador político de Vidal (además de ser "el galán del PRO"). Su llegada generó roces con Greco, quien esperaba ser el elegido.
El día de la presentación de Julio Cruz. Greco fue espectador.
A pesar de ello, ya en 2015, el PRO terminó armando un acuerdo con la familia Mércuri. Osvaldo padre, histórico duhaldista, colocó a su hijo Gabriel como candidato a intendente y Greco terminó en el Ejecutivo.