La muerte del fiscal Alberto Nisman suma un nuevo ingrediente: el Congreso quiere averiguar porque la investigación no avanza y revisar los errores que se pueden haber cometido en el comienzo del caso. En tanto, el fiscal pidió que se realice la reconstrucción del momento de la muerte.
Estos es consecuencia de la decisión de la comisión Bicameral de Fiscalización de Órganos y Actividades de Seguridad Interior que dispuso hoy convocar a los principales funcionarios de fuerzas de seguridad que actuaron originalmente en la investigación.
La medida fue impulsada por el diputado nacional y ex dirigente de la DAIA Waldo Wolff (Unión PRO) en la Bicameral que preside el diputado del Frente Renovador Sergio Massa.
Se le encomendó a Wolff y el senador Néstor Braillard Poccard (Frente PRO) trabajar en las citaciones de los funcionarios que encabezaban en ese momento la Policía Federal y Prefectura Naval en una fecha a determinar.
Wolff, para justificar su iniciativa, insistió en marcar las falencias que tiene la investigación para determinar qué le sucedió al fiscal a cargo de la investigación del atentado a la AMIA y resaltó que la noche en que fue hallado el cuerpo de Nisman hubo “un funcionamiento totalmente cuestionado de las fuerzas de seguridad”, a la vez que recordó que “todavía no se sabe quién avisó a la Presidenta” Cristina Fernández de lo que había ocurrido.
Si bien las convocatorias que cursará la comisión no obligan a los invitados a concurrir al Congreso, Wolff estimó que los ex funcionarios -no descartó que también sea invitado el entonces secretario de Seguridad Sergio Berni- atiendan la citación parlamentaria.
“No somos jueces, no somos fiscales ni tenemos poder de policía”, admitió el diputado, pero confió “en la buena voluntad” de los responsables originales de la investigación, el ex jefe de la Policía Federal Román Di Santo, y el titular de la Prefectura Naval en ese momento, Alberto Heiler, para informar a la comisión.
En la breve reunión de la Bicameral estuvieron presentes, además de Massa y Wolff y el senador Braillard Poccard, los diputados Mario Negri y Gustavo Valdes (ambos de la UCR) y Sergio Wisky (Unión PRO), todos de Cambiemos. El único opositor presente fue el diputado kirchnerista Carlos Kunkel (FPV-PJ), quien apoyó lo resuelto por la mayoría.
La reconstrucción de la muerte
Mientras la causa no tiene demasiadas novedades el fiscal Eduardo Enrique Rosende, le solicitó a la jueza Fabiana Palmaghini que se realice una reconstrucción del momento de la muerte del fiscal.
Rosende sostuvo que debe realizarse la junta interdisciplinaria, ya ordenada por Palmgahini, pero agregó que resultaría mucho más útil que esa diligencia sea materializada en el marco de la reconstrucción de la muerte sobre la base de dos hipótesis: la del homicidio y la del suicidio.
La fiscalía pidió realizar la reconstrucción del momento de su muerte.
Así lo pidió el representante del Ministerio Público Fiscal a los efectos de dotar a esa junta interdisciplinaria de peritos médicos y criminalísticos de una mayor eficacia y profundidad en el desarrollo de los puntos a evaluar, con la consecuente comprobación empírica de cada una de las afirmaciones que vayan surgiendo en dicho contexto y que abarque todas las hipótesis barajadas en la causa, a fin de lograr establecer cómo falleció el fiscal a cargo de la UFI-AMIA. Nisman fue encontrado sin vida el 18 de enero de 2015, en el interior del baño del departamento que alquilaba en el complejo Le Parc de Puerto Madero.
La idea es que los peritos puedan demostrar las conclusiones de sus informes en el lugar del hecho, para así echar luz respecto a las circunstancias en las que el fiscal perdió la vida.
El pedido de Rosende, quien subroga dicha fiscalía luego de que la fiscal Viviana Fein se acogiera al beneficio jubilatorio, se produce a días de conocerse el informe psicológico elaborado sobre los dichos de los allegados al fiscal, el cual determinó que “del grupo de personas entrevistadas y de las constancias de autos que se analizaron, no es posible inferir elementos de valor psicopatológico que permitan deducir que el occiso cursaba -al momento de su muerte- un síndrome o trastorno psíquico asociado a conducta destructiva”.