Desde hace más de un mes, tras la detección de la circulación local de las diferentes cepas y mutaciones del Covid-19, el Gobierno nacional emitió fuertes comunicados desalentando la salida del país de argentinos y residentes. Además del progresivo cierre quirúrgico con las fronteras más calientes, el Ejecutivo también dispuso más controles y restricciones económicas para intentar que la menor cantidad de argentinos queden "varados en el extranjero", a sabiendas de que las medidas de restricción iban a endurecerse por la llegada de la segunda ola al país.
Pese a las reiteradas advertencias y a las nuevas exigencias económicas adicionales, entre el 27 y el 30 de marzo fueron 2.367 los argentinos que se fueron de vacaciones al extranjero. De acuerdo al reporte oficial al que tuvo acceso TN, cada uno de ellos firmó la obligada declaración jurada en el que daba su consentimiento a la advertencia de que podrían implementarse restricciones para su regreso y se comprometían a costear los gastos del hisopado exigido, así como un segundo examen al séptimo día de ingreso y los gastos de hospedaje para cumplir con una cuarentena en un hotel, en caso de que alguno de la "burbuja viajera" diera positivo.
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Si bien el cálculo oficial advierte que todavía hay al menos 30 mil argentinos varados en el extranjero, el desglose de los motivos de viaje de los 2.367 que se fueron entre el 27 y el 30 de marzo es el siguiente: por motivos de estudio (120), mudanza (275), trabajo (666), 2.367 (turismo), trabajo (666) y "sin motivo" (711). En total, por fuera de los que decidieron viajar para pasar sus vacaciones, el éxodo en esos tres días fue de 5.581 viajeros.
"El problema de los viajes al exterior tiene que ver con el ingreso de las nuevas cepas y mutaciones del virus. Los viajes por motivos laborales están contemplados en la disposición oficial, pero el turismo fue algo que se desalentó desde el día uno. No por nada está prohibido el turismo extranjero en el país", advierten con preocupación desde Casa Rosada.
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Además de la posibilidad de que los regresos impliquen el ingreso de las cepas, también hay preocupación por la cantidad de habitaciones de hotel que tendrán que estar disponibles para que cada viajero cumpla con la cuarentena. "La programación de los vuelos de regreso contempla, además, la disponibilidad de los hoteles. No podemos autorizar el regreso, si no tenemos la posibilidad de derivar a quienes den positivo al lugar en el que deberán aislarse".
El panorama resulta similar al de marzo del año pasado, en los días previos a que el Gobierno nacional decretara el Aislamiento social y obligatorio. En ese entonces, pese a las reiteradas advertencias, fueron muchos los argentinos que salieron del país y luego exigieron vuelos de repatriación, algo que se llevó adelante con la coordinación incluso de las Fuerzas Armadas.