A casi cincuenta días de la desaparición de Santiago Maldonado, abogados de la organización Naturaleza de Derechos obtuvieron un nuevo testimonio que podría ser clave para determinar cómo fueron los minutos previos a que no se supiera más nada del joven de 28 años que se encontraba en una protesta mapuche en Cushamen que fue reprimida por Gendarmería el 1 de agosto pasado.
El dato podría ser clave, e iría en línea con la declaración de Matías Santana, el testigo mapuche que dijo haber visto con binoculares cómo la fuerza de seguridad se llevaba a Maldonado. El nuevo testimonio ubica al joven desaparecido más cerca de los gendarmes que la hipótesis que dio el juez Guido Otranto días, quien aseguró que se pudo haber ahogado cuando intentaba cruzar el Río Chubut.
Esos testimonios serán entregados a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, ya que dos de los testimonios obtenidos por los abogados Fernando Cabaleiro y Carlos González Quintana prefirieron mantener su identidad reservada.
De los cuatro testimonios obtenidos por los abogados de Naturaleza de Derechos, dos ya fueron presentados a la Justicia, según el diario Página/12. Otro testigo está a la espera de que se le tome declaración: podría ser clave, ya que afirma, como Santana, que a Maldonado se lo llevó la Gendarmería.
Los abogados identificaron a los testigos con una letra, por razones de seguridad. Así, aseguran que todo comenzó el 31 de julio a las 19, en Pu Lof, Resistencia Cushamen, donde fue visto por última vez Maldonado. El testigo “A” se dirigió a la casilla del guardia en la que se encontraba Santiago. El testigo “B” lo confirma, y asegura: “Santiago Maldonado llegó a la comunidad a la tarde noche del 31 de julio, se encontraba en el lugar el 1 de agosto y estuvo en el primer enfrentamiento ejerciendo autodefensa”.
Ayer hubo un allanamiento en las tierras donde vive un grupo de mapuches.
Un tercer testigo, “C”, sostiene que Maldonado estuvo en la guardia “sin dormir por el hostigamiento”. A su vez, “A” cuenta que cuando llegó la Gendarmería Santiago estaba “agrupado con varios comuneros dentro del territorio a varios metros de la tranquera principal del predio”. Y suma: “Ante los disparos y el ingreso de los gendarmes, los tomó por sorpresa, corrió hasta el puesto de guardia nuevo, tomó su mochila y salió corriendo hacia el río junto a los demás”.
Pero lo más llamativo es el testimonio del cuarto testigo, “E”, ya que detalla que no pudieron cruzar el río junto con Santiago, debido a que había que nadar. A pesar de ofrecerle ayuda, Maldonado no pudo alcanzar la otra orilla. El relato del testigo clave apunta directo a la Gendarmería.
“Me dijo que no podía más, que se volvía. La situación del cruce del río es observada por una decena de gendarmes que se encontraban sobre el alto de la barranca. Tres de ellos bajan hasta el arbusto donde estaba Santiago, gritando 'acá tenemos a uno', y ahí escucho un escopetazo. Entre los tres lo arrastran con golpes hasta ese alto donde se encontraba el resto. Lo suben a una Unimog, y esa fue la última vez que lo vi”, declaró el testigo de origen mapuche.