13 Marzo de 2016 11:36
El empresario Cristóbal López acumuló en los últimos años de la gestión kirchnerista una impresionante deuda por más de $ 8.000 millones con la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), según reveló un artículo publicado hoy en el diario La Nación, que agrega que el pasivo fiscal podría convertirse en impagable en el transcurso de los próximos meses.
El empresario no pagó impuestos a la AFIP por $8000 millones.
Los datos publicados por el periodista Hugo Alconada Mon, surgieron de los balances contables de Oil Combustibles y otras empresas del Grupo Indalo.
Oil Combustibles, la firma que podría comenzar a estar en la mira de la Justicia.
La investigación señala que el dinero de la deuda con la AFIP de López corresponde a retenciones del Impuesto a la Transferencia de los Combustibles (ITC).
Cada vez que alguien carga nafta en sus estaciones de servicio, de cada $ 14 por litro que la empresa cobra, debe girar $ 4 a la AFIP (el 26% del precio por litro), que se suman a otros impuestos y tasas. Esto es algo que el empresario no hizo y el trato de la AFIP fue contemplativo para con el empresario.
El empresario utilizó el dinero que no pagó para expandir sus empresas.
Los ejes centrales de la operatoria que montó López se reducen a unos pocos pasos. Primero, fondearon Oil Combustibles con el ITC por $ 6065 millones a junio de 2015, mientras que el resto de la deuda corresponde al ITC, que tampoco pagaron desde entonces, y a los intereses acumulados sobre esa deuda, hasta orillar los $ 7400 millones. A esto se suman otros $ 600 millones en impuestos que también retuvieron otras empresas del grupo. Total: $ 8000 millones.
La noticia se dio a conocer luego de que el empresario separó algunos de los negocios del Grupo Indalo, del que controla más de un 70%, con su socio Fabián De Sousa, quien pasará a manejar los medios de comunicación.
Según sostiene la investigación, con ese dinero que retuvo, López, que se mostró cercanos a Néstor y Cristina Kirchner, expandió su conglomerado de empresas conocido como el Grupo Indalo. "El empresario no impulsó el crecimiento de su imperio con las ganancias del juego, sino que lo hizo con fondos que debió girar al Tesoro nacional", explica el artículo.