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Panamá Papers: cómo funcionan las oscuras sociedades offshore

Ventajas y desventajas de estas compañías que, a partir del informe Panamá Papers, ponen en jaque a líderes mundiales y figuras de distintos ámbitos en todo el planeta, incluida la Argentina.

04 Abril de 2016 04:21
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Las sociedades offshore son empresas que se caracterizan por estar registradas en un país, normalmente un paraíso fiscal, en el que no realizan ninguna actividad económica o comercial. Por este motivo se les llama también sociedades no residentes. 

Las Islas Seychelles, un reconocido paraíso fiscal. 

Estas compañías están controladas por empresas o ciudadanos extranjeros, que llevan a cabo sus negocios en otras partes del mundo y que utilizan el paraíso fiscal únicamente como domicilio legal.

Las sociedades offshore están acogidas a regulaciones legales y fiscales muy favorables. Sin duda, las más conocidas son las ventajas fiscales. Excepto una pequeña cuota de registro anual (que no suele superar los 200 dólares), no sólo están exentas del impuesto sobre sociedades, sino también de otros tributos habituales en la mayoría de los países, como el impuesto sobre el valor agregado (IVA), el impuesto sobre actividades económicas o el pago de contribuciones sociales.

Panamá, en el ojo de la tormenta a partir del informe. 

A menudo son utilizadas por sus propietarios, para eludir el pago de los impuestos sobre personas físicas. Entre los más importantes se pueden mencionar los de sucesiones, transmisiones, sobre el patrimonio, la renta o vehículos.

la tentación offshore

Pero las ventajas fiscales de las sociedades offshore no son ni por asomo las únicas, ya que existen toda una serie beneficios adicionales que las hacen muy atractivas.

Una de ellas es que su constitución es rápida, simple y barata. En la mayoría de las jurisdicciones una sociedad puede ser armada en menos de 48 horas y con un mínimo de documentación.

El frente del estudio Mossak Fonseca, en Panamá. 

Una copia del pasaporte y un comprobante de domicilio normalmente son suficientes, y el costo de constitución no suele superar los 1.000 dólares.

Normalmente no existen limitaciones en cuanto a la nacionalidad de accionistas y directores, y con frecuencia es posible formar la sociedad con una sola persona que desempeña todas las funciones.

Para abrir una sociedad alcanza con una copia del pasaporte y un comprobante de domicilio.

La administración sencilla y económica, ya que la exención de impuestos conlleva que la empresa no tenga que realizar trámites de liquidación.

En la mayoría de los paraísos fiscales, además, no se exige la presentación de cuentas anuales, lo que evita costosos procesos de contabilidad y auditoría. De este modo, la empresa puede llevar su propia contabilidad o registrar sus actividades de la manera que estime oportuna.

En la mayoría no se exige la presentación de cuentas anuales. 

Otra de las ventajas es su estricta confidencialidad, puesto que en las jurisdicciones offshore los datos personales de accionistas y propietarios no figuran en ningún registro público.

Se permite el uso de representantes como el nominee director (director fiduciario) o el nominee shareholder (accionista fiduciario), y también las acciones al portador, llamadas bearer shares, son aceptadas en muchos lugares.

De este modo se consigue todavía un nivel mayor de protección de la privacidad.

Otra de sus grandes ventajas es su estricta confidencialidad. 

Por otra parte, la ausencia de normas de capitalización delgada (thin capitalisation) hace posible constituir una empresa sin desembolsar el capital suscrito.

Además, poseen una normativa favorable para ciertas operaciones empresariales relacionadas con el capital, como la asistencia financiera a terceros, o la fusión de empresas.

La libertad de inversión es otro de los grandes beneficios que poseen, ya que las sociedades offshore no están sometidas a regulaciones financieras rígidas destinadas a la protección de los inversores, que dificultan o impiden la participación en determinados negocios, valores o fondos de inversión.

En ciertos países se han puesto en marchas medidas anti-paraíso. 

Por último, ofrecen la posibilidad de "redomiciliación" a otra jurisdicción, sin detener la actividad de la empresa.

el otro lado del paraíso

Sin embargo, no todas son ventajas, ya que las sociedades offshore también presentan algunos inconvenientes.

En ciertos países se han puesto en marcha medidas que impiden a las empresas radicadas en paraísos fiscales participar en determinadas inversiones o negocios, y les aplican un régimen de transparencia fiscal.  

En el caso de utilizarse directores o accionistas fiduciarios, algunas gestiones documentales también pueden complicarse, ya que los bancos querrán determinar quién es el beneficiario real (beneficial owner) de la sociedad, para lo cual requerirán que se aporte documentación que lo pruebe.

Tipos de sociedades offshore

La forma más común de sociedad offshore es la llamada IBC (International Business Company), que significa compañía de negocios internacional.

Este tipo de sociedad existe prácticamente en todas las jurisdicciones offshore, si bien en algunas lo hacen bajo otras denominaciones.

Desde el punto de vista jurídico, normalmente adopta forma de sociedad de responsabilidad limitada o de sociedad anónima (corporación). 

Otra forma de organización, existente sólo en determinadas jurisdicciones, es la LLC (Limited Liability Company) una especie de sociedad limitada, que es fiscalmente transparente.

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