El presidente de Francia, Emmanuel Macron, junto su mujer no fueron recibidos por las autoridades argentinas cuando aterrizó en Buenos Aires sino todo lo contrario; por “falta de coordinación” fueron los empleados de Ezeiza. Es que hubo problemas con el horario y el presidente francés no fue recibido por la vicepresidenta Gabriela Michetti y el embajador francés, Pierre Henri Guignard.
Las imágenes resultaron involuntariamente graciosas: uno de los jefes de Estado más importantes de Europa fue recibido sin protocolo político, ya que no sin medidas de seguridad: desde el primer momento estuvo custodiado fuertemente.
“Pasó algo raro ahí. Nosotros estábamos con una persona de protocolo de cancillería y con el embajador de Francia y el vicecanciller. Nosotros teníamos que esperar que nos dijeran 'ahora', estaba todo cronometrado, en teoría. Y cuando nos dijeron 'ahora' vamos y cuando llegamos el presidente ya se estaba metiendo en el auto.Me imagino que se deben haber sentido muy raros cuando bajaron y no había nadie ", afirmó Michetti en declaraciones a TN ayer por la noche cuando se conoció la situación.
El momento en el que el presidente de Francia saluda a los operarios de Ezeiza.
La vicepresidenta incluso fue motivo de risas cuando intentó hablar en un francés muy básico para pedirle disculpas a Macro y a la primera dama por el episodio, debido a que tenía cerca suyo al embajador de dicho país que podía oficiar como traductor.