Los valores democráticos que hegemónicamente se instalaron en la institucionalidad argentina luego de la vuelta a la democracia parecen verse comprometidos a partir de una visita grupal que seis diputados y diputadas nacionales de La Libertad Avanza (LLA) realizaron al militar detenido por delitos de lesa humanidad Alfredo Astiz, y otros genocidas que se encuentran entre las rejas por su accionar durante la represión ilegal.
Los organizadores de la visita fueron Beltrán Benedit y Lourdes Arrieta, aunque con ellos fueron Alida Ferreyra, Guillermo Montenegro, María Fernanda Araujo y Rocio Bonacci. Lo cierto es que la situación cayó muy mal dentro del bloque de LLA y la Cámara de Diputados, si bien esto no sería por un desacuerdo ideológico, sí por la exposición general de todos que significó el hecho.
"No es el momento, es un muy mal timing, la pregunta es para qué hacer eso ahora", declaró uno de los legisladores enojados ante Infobae. La aclaración llegó en un buen momento, al igual que la negativa que deslizó la Presidencia de la Cámara que encabeza Martín Menem respecto a la posibilidad de que se discuta un proyecto para otorgarle prisión domiciliaria a los detenidos por delitos de lesa humanidad mayores de 70 años, algo de lo que carecen en la actualidad.
Según las versiones que llegaron a la prensa, el grupo de WhatsApp de los legisladores de LLA se transformó en un campo de batalla a partir de los cruces que se dieron allí. La situación escaló al punto de que Benedit, tras reconocer que organizó la visita, discrepó con algunas de las categorías que soltaron sus compañeros para cuestionarlo.
"Fuimos a ver represores, no. Represión es algo que compete a las fuerzas de seguridad en todo caso, fuimos a ver ex combatientes que libraron batallas contra la subversión marxista por orden de un gobierno constitucional", opinó el libertario. Al tiempo que indicó que "no se cumplen los derechos humanos porque quienes fueron parte (del terrorismo) hoy se erigen en jueces y fallan en función a la venganza, la ideología y el negocio".
Por otro lado, el repudio de diferentes sectores de la oposición generó que el clima se ponga aún más espeso. Cabe recordar que Astiz, también conocido como "El ángel de la muerte", cumplió un rol fundamental entre los represores de la ESMA, donde se destacó tras infiltrarse en el grupo que se organizaba alrededor de la Iglesia de la Santa Cruz. De allí desaparecieron la fundadora de las Madres de Plaza de Mayo, Azucena Villaflor, como también lo hicieron las dos "monjitas" francesas Alice Domon y Leonie Duquet.