A las 14 horas, en la reunión del Consejo Directivo de la CGT, en Azopardo al 800, el sindicalismo le pondrá fecha finalmente al primer paro nacional contra el gobierno de Mauricio Macri.
Desde la 0 hora del jueves 6 de abril, se paralizará la actividad en rechazo a la política económica de Cambiemos. Será la forma de salir de la crisis en que quedó enredado el triunvirato de la CGT, después del acto de la semana pasada.
Ya no hay margen para dar marcha atrás con la medida, como pretende la Casa Rosada. Los tres sectores de la CGT coinciden.
Una foto que se aleja. La del gobierno y los sindicalistas sonriendo juntos.
No alcanzaron las reuniones de Jorge Triaca y Francisco Cabrera con los gremios más golpeados por la caída del consumo, como los del calzado, téxtil, cerámica y la UOM.
El moyanismo, los Gordos y el barrionuevismo tienen razones sobradas para declarar el paro. Los gremios enrolados detras del líder camionero son los más convencidos de parar la actividad: no quieren quedar pegados con el sindicalismo conciliador ni ver como la crisis de legitimidad se los traga también a ellos.
Los Gordos están cansados de que los atiendan sin obtener resultados y Barrionuevo suma ahora un allanamiento que ordenó la AFIP en su sindicato.
7 de marzo, el día que a la CGT le coparon el escenario.
El lunes pasado, alrededor de 30 gremios moyanistas se reunió con el triunviro Juan Carlos Schmid en el gremio de Cerveceros. Allí, entre reproches y autocríticas, se decidió seguir dentro de una CGT unificada y no romper la alianza sindical.
Schmid entró a la reunión cuestionado y se ganó el respaldo de la mayoría aceptando que había cometido errores. "No me pidan que sea Moyano", se defendió y dijo que desde ese sector debía salir el proximo líder del sindicalismo, aunque no fuera él.
Lo que más preocupa al sindicalismo es que el gobierno tiene un diagnóstico opuesto al que tienen ellos. Después del anuncio del paro, la central sindical saldrá a difundir los numeros de lo que -consideran- es la realidad. La caída de los insumos intermedios para la producción, la destrucción de 52 mil puestos de trabajo en la industria durante 2016.
Schmid hizo autocrítica en una reunión del moyanismo y ganó respaldo.
El paro puede ser la medida que le devuelva legitimidad al triunvirato, después de la marcha del 7 de marzo, en la que toda la dirigencia quedó en off side.
Desde el día en que a la central sindical le coparon el escenario, las zancadillas internas entre los distintos sectores se multiplicaron.
Pablo Moyano multiplicó sus esfuerzos para sentarse en el sillón de Juan Carlos Schmid. Y las criticas contra el triunvirato se hicieron escuchar por parte de Facundo Moyano, motivo por el cuál Héctor Daer se alejó aún más de Sergio Massa en busca de puentes hacia peronismo.
También la versión de un enfrentamiento entre Schmid y Daer, algo que desmienten los dos protagonistas de la historia con encuentros como el que tuvieron ayer en la Federación Marítima.