13 Octubre de 2022 11:42
La designación del ministro de Economía, Sergio Massa, impulsada tanto por el cristinismo como el albertismo, tuvo el fin de recuperar la confianza en la Argentina y poder enderezar el rumbo hacia un puerto más estable, luego de que toda la gestión de Martín Guzmán en el cargo no pudiera lograr frenar la fuerte inflación.
Si bien la coyuntura internacional, producto de la guerra entre Rusia y Ucrania, no es favorable para los mercados y viene impulsando una inflación residual en todo el planeta, esa realidad golpea a la Argentina desde hace más de de 20 años, por lo que desde el Poder Ejecutivo están convencidos de que para frenar la inercia hace falta un plan concreto con potencial estabilizador, que pueda detener los aumentos especulativos e injustificados en parte de la cadena productiva.
Según adelantó Ámbito, desde el gobierno analizan "paso a paso" las próximas medidas a tomar en lo que sería un plan de estabilización que elabora, junto a Massa, el secretario de Programación Económica, Gabriel Rubinstein, el cual lanzarían a partir del próximo mes.
Una jugada de último minuto
Desde las distintas fuerzas que integran el Frente de Todos saben que les queda poco tiempo, ante muchas encuestas que los muestran derrotados a nivel electoral ante los rivales opositores y el discurso de derecha que viene impactando -a falta de éxitos en su gestión- en una amplia capa de trabajadores y sectores medios.
Si esta realidad electoral se comparase a un partido de fútbol, el oficialismo sabe que este plan que elaboran desde el Ministerio de Economía, es el equivalente a mandar a cabecear al arquero en la última jugada, con el fin de lograr un milagro que recupere los votos que perdieron en la difícil gestión que tuvieron en los últimos años.
Es por eso que el plan de Massa y Rubinstein buscará conseguir un acuerdo de precios y salarios con el fin de frenar por los próximos cuatro meses la escala de precios. La propuesta desaceleradora ya fue expuesta ante varias de las empresas más importantes de la Argentina en una reunión que se realizó esta semana, lo que habría impulsado su concreción ante la favorable respuesta recibida.
La otra parte del plan llegaría enseguida después de consolidar los acuerdos, y consistiría en ordenar la situación del dólar y la cuestión de las tarifas, aunque todavía se desconocen exactamente las medidas que se necesitarán para conseguirlo.
Desde Ámbito también recordaron que "uno de los CEOs con mayor llegada a la Casa Rosada", el director general de Syngenta, Antonio Aracre, quien dejará su cargo a fin de año, ya le había alcanzado al presidente Alberto Fernández y al exministro Guzmán la propuesta de un "torniquete anti inflacionario" que permita "volver a una inflación del 30% más compatible con las dificultades macroeconómicas".
El visto bueno del sector empresarial sería algo positivo aunque todavía se desconocen la respuesta que podría llegar a tener el sindicalismo ante la propuesta de Massa. La pelota está en el corner y todavía falta definir si los referentes de la CGT van a tratar de buscar el agónico gol, o si se van de contraataque con el equipo opositor.
Queda un año hasta octubre 2023, pero el resultado depende de que la gestión meta la pelota en el arco y nutra los bolsillos de quienes menos tienen con el poder adquisitivo que se perdió desde 2015. De no ser así, corren el riesgo de perder por goleada.