Con una fuerte contundencia por la adhesión de los gremios del transporte, anoche comenzó el quinto paro de la CGT contra la administración de Mauricio Macri. El gobierno salió a repudiar la protesta y la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, sostuvo esta mañana que no permitirán cortes en los accesos a la Ciudad: “Estamos hartos de los paros”.
Se trata del quinto paro general contra el gobierno desde la asunción de Macri, hace tres años y medio. La medida de fuerza fue convocada por la CGT y el Frente Sindical, aunque se sumaron las organizaciones sociales, los gremios de izquierda y las dos CTA, y llega un mes después de la última protesta, convocada por Hugo y Pablo Moyano, pero que no contó con la adhesión de la cúpula de la CGT.
LAS RAZONES DEL PARO
En medio de la crisis económica, los gremios confirmaron que entre las razones del paro se encuentran el “deterioro de la situación económica”, la pérdida del poder adquisitivo de los salarios por la inflación”, el crecimiento del desempleo, el derrumbe de la actividad económica, el fuerte incremento de las tarifas de los servicios públicos “impagables para los sectores más vulnerables” y para exigir el aumento del salario mínimo vital y móvil.Entre los gremios que adhirieron se encuentran dos sectores claves: transporte e industria. Desde la medianoche no funciona ningún tipo de transporte, ya que la adhesión fue total entre los trabajadores ferroviarios, aeroportuarios, colectiveros, metrodelegados y recolectores de basura. Además se sumaron los bancarios, los docentes, los trabajadores del Poder Judicial y los estatales.
CORTES Y PROTESTAS
Al paro general se le suman las protestas y cortes que realizan los gremios de izquierda y las organizaciones sociales, que a diferencia de la CGT llamaron a movilizarse. Desde temprano hubo cortes en los accesos a la Ciudad, con el objetivo de garantizar un impacto mayor de la huelga. Se esperan concentraciones en el Obelisco hasta la tarde, y hubo piquetes en la Panamericana, el puente La Noria y el puente Pueyrredón, entre otros.La primera reacción del gobierno fue expresada por la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, quien esta mañana temprano dijo en declaraciones a radio La Red que “los paros con piquetes son poco democráticos”, y anticipó: “No vamos a permitir cortes y no descartamos el uso de la fuerza pública si es necesario”. “Estamos hartos de los paros”, concluyó la ministra.
La jornada incluye decenas de ollas populares en distintos puntos de Capital Federal y el Gran Buenos Aires, así como en el resto de las provincias, convocadas por las organizaciones sociales como la CTEP, Barrios de Pie y la Corriente Clasista Combativa.
¿EL ÚLTIMO PARO DEL AÑO?
El paro de hoy posiblemente sea el último convocado por la CGT hasta fin de año, debido al panorama electoral: con la campaña a pleno, ayer el secretario general de la central obrera, Héctor Daer, sostuvo al diario Clarín que creía que el de hoy podía ser “el último paro de la gestión de Macri”.El inicio con más fuerza de la campaña electoral podría tener un efecto clave: en medio de las negociaciones de la CGT para alcanzar la unidad dentro del PJ - hubo algunos guiños a la fórmula Fernández-Fernández - cualquier medida de fuerza sería muy criticada desde el gobierno.
SITUACIÓN ECONÓMICA
El eje de la protesta es la compleja situación económica. En un principio, el gobierno buscó desactivar la protesta al repartir fondos millonarios - unos $13 mil millones - para las obras sociales. Sin embargo, no tuvo efecto: el objetivo de la CGT es que la Casa Rosada cambie el rumbo económico y active un plan antidespidos.Pero además, otros aspectos clave: una suba del salario mínimo vital y móvil, y paritarias que, como mínimo, no pierdan contra la inflación de 2019. También reclaman un congelamiento de las tarifas de los servicios públicos, que los sindicalistas consideran “impagables”. Como ya ocurrió en otras ocasiones, expresaron un fuerte rechazo al acuerdo con el FMI.