La Confederación General del Trabajo (CGT) hará mañana su tercera huelga nacional por 24 horas contra el Gobierno de Mauricio Macri, cuyo ministro del Interior, Obra Pública y Vivienda, Rogelio Frigerio, aseguró que se mantendrá abierto el diálogo a pesar de que la protesta "no tiene ningún sentido". La huelga, sin movilización, decidida por el consejo directivo cegetista el 12 de junio pasado, recibió la adhesión de las dos Centrales de Trabajadores Argentinos (CTA) y de movimientos sociales.
Ni subte, ni micros, ni bancos, ni nada: qué no funcionará durante el paro general
Se adhirieron sindicatos claves como los estatales UPCN y ATE, además de los de todos los medios de transporte y la banca, lo que afectará tanto a la Administración Pública como al sector privado Los partidos Obrero, Movimiento Socialista de los Trabajadores e Izquierda Socialista, anunciaron que desde mañana a las 7 harán cortes del tránsito en accesos a la ciudad de Buenos Aires, donde al mediodía llevarán a cabo un acto en el Obelisco porteño.
El ministro de Interior, Obra Pública y Vivienda, Rogelio Frigerio.
La CGT fundamentó esta huelga "en la necesidad de expresarle al Gobierno nacional" su "más enérgico repudio al ajuste salvaje al que somete a los trabajadores". En este sentido, citó "el veto a la rebaja de tarifas aprobado por el Congreso y el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y sus consecuencias sobre el empleo, la obra pública, la seguridad social y las economías regionales, que no hacen más que agravar dramáticamente la ya insoportable situación social".
La CGT convocó a un paro general para mañana que tendría una alta adhesión.
"No vamos a permitir que el ajuste lo hagan otra vez los que menos tienen, los trabajadores ocupados y desocupados, los jubilados y los sectores más vulnerables, que ya viven en condiciones sociales extremadamente precarias," remarcó en un documento difundido a mediados de junio.
Por su parte Frigerio, consideró que la protesta "no tiene ningún sentido" porque "ni siquiera la gente sabe por qué está parando". "En el gobierno no rompemos el diálogo", subrayó en declaraciones a distintos medios de prensa. "Al día siguiente vamos a estar en el mismo lugar. El diálogo está; hablamos con todos los que quieran sentarse a dialogar pero hay muchos que no quiere", insistió.
La gobernadora de la provincia de Buenos Aires también salió a cruzar al sindicalismo por el paro.
A su vez, la gobernadora de la provincia de Buenos Aires, María Eugenia Vidal, remarcó que "la huelga es un derecho", pero advirtió que "no transforma la realidad" del país. "La huelga es un derecho de todos los trabajadores, pero creo que un paro no cambia, no transforma la realidad. Lo que transforma la realidad es trabajar juntos para cambiar aquello que nos preocupa".
El triunviro de la CGT Juan Carlos Schmid sostuvo hoy que esta huelga tendrá "un nivel de acatamiento muy grande, tal vez el más importante de los últimos años", debido "al agravamiento de la economía y todo lo que eso significa para el pueblo trabajador." "Lo que debería ocurrir es que el Gobierno ponga un poco más de atención a todos estos problemas, porque hasta ahora su atención fue escuchar mucho más a los sectores concentrados de la economía," puntualizó Schmid, líder del sindicato marítimo, a la radio La Once Diez.
El triunviro Juan Carlos Schimid adelantó que habrá un gran nivel de acatamiento.
En tanto el ministro de Trabajo, Jorge Triaca, denunció que "hay sectores del sindicalismo que buscan tensión social y la inestabilidad del Gobierno." "Buscan el conflicto por el conflicto mismo y no resuelven los problemas de la Argentina con un paro," aseguró sin hacer nombres en declaraciones publicadas por la web Infobae.
El ministro de Trabajo, Jorge Triaca.
El primer paro general de la CGT contra el Gobierno se llevó a cabo el 6 de abril de 2017, un año cuatro meses después de que Macri asumiera la jefatura del Estado, y fue en señal de protesta por despidos, la apertura de importaciones y el cierre de pequeñas y medianas empresas. El 18 de diciembre pasado se llevó a cabo la segunda huelga cegetista, esta vez en rechazo del proyecto oficial de cambios en la movilidad de las jubilaciones, finalmente fue aprobado en el Congreso en medio de un clima de tensión y disturbios.