09 Octubre de 2017 09:45
El informe de la junta interdisciplinaria de Gendarmería sobre el caso que investiga la muerte del fiscal Alberto Nisman shockeó a la opinión pública de la mano de su teoría sobre un homicidio en el que participó más de una persona.
La infografía de Clarín que detalla las diferencias entre las dos pericias sobre la muerte.
Y ahora, el diario Clarín tuvo acceso a parte del texto elaborado por la fuerza, que explica paso a paso la manera en la que, supuestamente, el fiscal fue asesinado. Varios puntos sobresalen en el análisis.
Sin tendencias suicidas
Además de confirmar que Nisman recibió golpes antes de morir, el informe señala que aunque "no se ha podido tener el peritaje de autopsia psicológica por carecer de elementos", al mismo tiempo que "no es posible deducir que padecía de un síndrome o trastorno psíquico asociado a una conducta autodestructiva".
El rol de la ketamina
Cafeína, alprazolam, clonazepam y ketamina fueron las sustancias halladas luego del examen de vísceras del cuerpo. De acuerdo al texto de los peritos, respecto de la ketamina se puede afirmar que se utilizó como "anestesia disociativa" para abolir la voluntad del fiscal pero con conservación de su tono muscular "lo cual habría facilitado el posicionamiento de la víctima dentro del baño para su posterior maniobra homicida mediante el mecanismo denominado sumisión química". Sin embargo, el informe admite que no se pudo determinar la vía de administración de esa droga.
El accionar de los supuestos sicarios
La junta concluye que Nisman no usó sus manos para tomar la pistola desde la cual recibió el disparo. Según su teoría, hubo dos sicarios: uno manipuló el arma y el otro asistió para posicionar a la víctima.
Según Gendarmería, dos sicarios colaboraron en el asesinato de Nisman.
"El victimario 2, junto al cuerpo con vida de la víctima, lo posiciona con la pierna derecha apoyada en el piso y la izquierda flexionada, rodilla a tierra con el torso erguido ubicado frente a la bañera próximo con su hombro derecho al vanitory y sobre la alfombra, al mismo tiempo, el victimario 2 se ubica en cuclillas sobre el lateral izquierdo apoyando en flanco izquierdo de Nisman, sujetando por las axilas a modo de abrazo", explica.
Al mismo tiempo, el tirador se paró por detrás del fiscal para tomarlo del cabello con la mano izquierda y apoyar el arma en su zona parietotemporal derecha.
Mientras tanto, la ausencia de sangre en una de las toallas del baño del fiscal implicaría, según Gendarmería, que algo se interpuso entre ella y el fiscal. Además, la interrupción del patrón de manchas de sangre en su mano señalaría que otra persona se la tomó.
La pericia opuesta
Para el Cuerpo Médico Forense, que apoya la teoría del suicidio, el hecho ocurre de manera más simple y llana. Parado frente al espejo, Nisman sostuvo el arma contra su cabeza con la mano derecha, mientras sostenía la muñeca con su izquierda, lo cual explicaría la manera en la que se distribuyeron las manchas de sangre.
Luego de dispararse, el fiscal habría caído hacia atrás golpeando su cabeza contra la puerta, lo cual le provocó un visible hematoma.
De acuerdo a este informe, el hecho de que no haya indicios de pólvora en las manos del fiscal no alcanza para descartar la idea de que se quitó la vida.
Los peritos de la defensa de Diego Lagomarsino también apoyan la teoría del suicidio.
Lo mismo sostienen los peritos de la defensa de Diego Lagomarsino, el técnico informático que le dio a Nisman el arma de la cual salió al disparo.
"Los patrones de manchas de sangre no pudieron haberse producido en la posición de rodilla a tierra, ya que las mismas representan una caída de sangre en forma vertical y desde alturas superiores a los 40 cms", señala el informe elaborado por Luis Olavarría, José Speranza y Mariano Castex.