La demolición del monumento en homenaje al periodista, escritor e historiador Osvaldo Bayer en Río Gallegos desató una fuerte polémica a nivel nacional. La orden del Gobierno Nacional de retirar la escultura generó indignación y rechazo en diversos sectores, incluidas organizaciones sindicales, dirigentes políticos y la propia familia del intelectual.
Uno de los pronunciamientos más contundentes provino del Sindicato de Trabajadores Viales y Afines de la República Argentina (STVYARA), que pidió "perdón al pueblo santacruceño" y se desligó de la decisión oficial. "El Sindicato de Trabajadores Viales y Afines de la República Argentina expresa que la conducción de la administración general de Vialidad Nacional y sus respectivos distritos provinciales son ajenos a nuestros sentimientos y acciones como trabajadores y afiliados al STVYARA", afirmó.
A través de un comunicado y con un tono de profundo pesar, el gremio añadió: "Perdón al pueblo santacruceño, al pueblo trabajador y a la memoria de nuestros mártires de la Patagonia Trágica desde lo más profundo de nuestros corazones. Perdón por la destrucción del monumento al excelente historiador, escritor, cineasta y periodista Don Osvaldo Bayer". Cerraron su mensaje con una frase icónica del músico León Gieco: "Todo está guardado en la memoria, sueño de la vida y de la historia".
El intendente de Río Gallegos, Pablo Grasso, también manifestó su rechazo y calificó la acción como una muestra de "pobreza intelectual". En la misma línea, diversas figuras del ámbito político y cultural se expresaron en contra del acto, aunque también hubo quienes defendieron la medida. Uno de los comentarios más criticados fue el del diputado nacional José Luis Espert, quien celebró la destrucción del monumento con un mensaje que generó un amplio repudio. "Bayer se la pasó puteando al prócer de Julio A. Roca gracias al cual la Patagonia es argentina. Mirá cómo terminó el monumento a Osvaldito, volado de un plumazo de Santa Cruz. Todo vuelve. Éxtasis", dijo.
En tanto, Ana Bayer, hija del homenajeado, convocó a una movilización en la Ciudad de Buenos Aires como respuesta a la decisión del Gobierno Nacional. "A mi padre lo censuraron en vida, le quemaron los libros, sufrió el exilio, estuvo en cárceles, pero jamás se hubiera imaginado una topadora que pretende borrar su nombre", expresó en un video que circula por redes sociales. La protesta se realizó este miércoles a las 13 horas frente al monumento a Julio Argentino Roca, ubicado en la calle Perú, un lugar que el propio Bayer propuso cambiar de sitio por considerar que "recuerda un genocidio".
Además, la movilización tuvo otro punto de concentración frente al edificio de Vialidad Nacional, entidad responsable de la demolición del homenaje a Bayer. "Una barbaridad lo que han hecho, por el artista, por Osvaldo, por los huelguistas, los 1.500 fusilados, por la Patagonia y su historia", expresó Ana Bayer, recordando los hechos ocurridos en 1921, cuando el Ejército Argentino reprimió a los trabajadores en huelga por orden del entonces presidente Hipólito Yrigoyen.
La remoción del monumento a Bayer abre un nuevo capítulo en la disputa por la memoria histórica y la reinterpretación de los símbolos públicos en Argentina. Mientras algunos sectores consideran que se trató de una acción política para borrar una parte de la historia, otros la justifican en el marco de una revisión de los homenajes existentes en el espacio público. Lo cierto es que el legado de Osvaldo Bayer sigue vigente y su figura, lejos de ser olvidada, se fortalece ante cada intento de silenciarla.