Jürgen Mossack y Ramón Fonseca Mora no son sólo los dos grandes nombres a cargo del estudio detrás del escándalo de los Panamá Papers. Son también personajes de gran relieve por extravagancias y particularidades propias, que van floreciendo a medida que se escarba en sus historias personales.
El padre de Jürgen Mossack militó en las SS nazis.
El sorprendente trasfondo de la vida de Mossack surge antes de que él naciera. Su padre, Erhard, formaba parte de las SS nazis durante la Seguda Guerra Mundial. Al final de la contienda fue capturado por fuerzas estadounidenses y algunos archivos revelan que terminó espiando para la CIA, revelando actividad comunista en Cuba. En 1960, finalmente, se estableció en Panamá junto a su familia, incluyendo a su hijo Jürgen quien ya tenía 12 años.
De acuerdo a documentos obtenidos por la ICIJ, Jürgen Mossack declaró como bienes, entre otras posesiones, una plantación de tecas (árboles muy codiciados en la industria maderera), un helicóptero, un yate bautizado como Rex Maris y una colección de monedas de oro.
La primera vocación de Ramón Fonseca Mora fue el sacerdocio.
Por su parte, la primera vocación de Fonseca Mora no fue la abogacía sino la religión: antes de comenzar a trabajar como asesor legal en las Naciones Unidas, pensó en convertirse en sacerdote. "Al envejecer, se vuelve uno más materialista", señaló alguna vez.
Ahora que se sabe que el apartamento comprado con nuestra sociedad por una señora no es de Lula, quien nos quita las dos primeras planas??
- Ramon Fonseca Mora (@ramonfonsecamor)
El hombre de leyes, que en su perfil de Twitter se define como "abogado, escritor y soñador", es autor de varias novelas y una de ellas es material de lectura obligatorio en las escuelas panameñas. Además, es el presidente del Partido Panameñista, que actualmente representa la corriente oficialista de su país.
"Ojitos de Ángel", una de las novelas de Fonseca Mora.
Clientes tristemente célebres
Además de su lazo con la asociación offshore constituida por Mauricio Macri y su padre Franco, el estudio Mossack-Fonseca también está sospechado de entorpecer la investigación que la Justicia de Estados Unidos abrió sobre empresas supuestamente pertenecientes a Lázaro Báez y Cristóbal López registradas en el estado de Nevada.
Entre sus múltiples clientes también se encontraba el narco mexicano Rafael Caro Quintero, ex cabecilla del cartel de Guadalajara, quien actualmente purga una condena de 40 años de cárcel por la tortura y asesinato del agente de la DEA Enrique Camarena Salazar.