El gendarme Emmanuel Echazú, primer sospechoso que el juez Guido Otranto consideró en el caso de Santiago Maldonado, sigue estando en la mira: fue el único que avanzó hacia la orilla del río Chubut durante el operativo y, a pesar de que declaró haber recibido una sola herida, una filmación lo muestra con cinco lesiones.
El gendarme Emmanuel Echazú sigue clamando por su inocencia (Foto: Mario Quinteros, Clarín).
Sin embargo, su declaración de inocencia aún continúa. "No me hubiera tomado revancha, eso es una locura", señaló en diálogo con el diario Clarín asegurando que las múltiples laceraciones que muestra su rostro no existen: "Es una herida en el pómulo, el resto que se ve es sangre y Pervinox que me puso el enfermero", aseguró.
"Si lo hubiéramos visto ahogándose lo habríamos auxiliado", subrayó en relación a Maldonado. "Si se hubiera entregado, lo habríamos aprehendido y puesto a disposición de la Justicia. Estaría vivo", disparó y despertó así la polémica.
Relato con lagunas
Según el relato de Echazú, su rostro recibió el impacto de una piedra mientras, junto a sus compañeros, avanzaba hacia el predio mapuche de Cushamen. "Siento el impacto y no sentía que estaba sangrando. Me toco y estaba sangrando. En el momento la situación era bastante tensa, el clima era adverso. Por la adrenalina no lo sentí", recordó.
El subalférez también asegura haber ingresado solo a la tranquera del predio. "Cuando llegué al río no veía a ninguno", explicó en relación a los manifestantes, entre los cuales se encontraba Maldonado. "No podía ver a ninguno. Hay ramas, una vegetación muy tupida".
Sin embargo, lo cierto es que hay ciertas porciones del operativo que Echazú no puede explicar. Cuando regresó desde la orilla del río, uno de sus compañeros le preguntó qué le había sucedido. "No sé qué me pasó", respondió. Y ahora, afirmó no recordar tales dichos.
Las heridas de Echazú en el operativo son eje de discordia.
Además, el gendarme testimonió que, durante el operativo, estuvo a menos de 10 metros del escopetero Rafael Zoilán, quien a su vez declaró no haberlo visto.
"No sé porque no lo recuerda. Tal vez por el momento, la tensión, la adrenalina del momento, como le dije. No lo hizo para protegerme", se escudó Echazú.
¿Por qué se quedó?
En la actualidad, el gendarme -el oficial en mayor rango que participó del operativo donde murió Maldonado- es querellante de la causa a cargo de Otranto, que investiga el desalojo de la ruta 40. "Para mí fue un procedimiento habitual, normal", declaró.
Lo cierto es que a pesar de estar herido, se quedó a elaborar el acta del operativo hasta las 18 y permaneció en la zona de la ruta hasta el final de su turno, alrededor de 12 horas después.
Hoy, sigue sin parecerle extraño haberse quedado aún cuando podría haber justificado su ausencia, y asegura que su insistencia no tuvo ninguna raíz oculta. "Me sentía responsable por estar a cargo, por eso seguí de guardia", se excusó.