La noticia encenderá las alarmas de más de un nacionalista, en el buen sentido del término. Por primera vez en la historia, un embajador estadounidense va a encabezar una misión diplomática argentina al país del norte.
Obama y Macri, el puntapié inicial.
"Se nos ocurrió que es un buen momento para llevar compañías a California, específicamente, a Los Angeles, a Silicon Valley y a San Francisco", explicó Noah Mamet a un grupo de periodistas en el Palacio Bosch. El objetivo será fomentar negocios en tecnología, innovación y energías renovables.
Mamet, al frente de la misión.
En la delegación estarán Martín Lousteau (embajador argentino en EE.UU.), Lino Barañao (ministro de Ciencia y Tecnología) y unos 20 empresarios argentinos, de sectores como INVAP, YPF Tecnología, la Cámara de Empresas y Servicios Informáticos (CESSI), Incutex Córdoba, y Red Innova.
Baraña, sobreviviente del gobierno kirchnerista, integrará la delegación.
"Estamos tratando de aprovechar el ímpetu que trajo el presidente Barack Obama", reconoció Mamet, para quien esta es una "oportunidad extraordinaria para que la Argentina cree una industria alrededor de las energías renovables", sobre todo la solar del norte del país y la eólica del sur.
El diplomático planteó que la Casa Blanca respaldó el acuerdo con los holdouts, porque "la idea era que después el Gobierno tuviera apoyo financiero para desarrollar proyectos como rutas, puentes y plantas eléctricas".
Para los próximos 18 meses se esperan, al menos, 3.500 millones de dólares en inversiones estadounidenses.