La situación en las cárceles federales quedó en el centro de la polémica luego del motín en el penal de Devoto, en donde mañana comenzarán de nuevo las negociaciones después de que los internos solicitaron salidas masivas ante la pandemia del coronavirus (Covid-19).
Una de las quejas de los reclusos es la falta de dinero que destina el Estado, siempre hablando del Servicio Penitenciario Federal (SPF), para infraestructura, alimentos y salud.
Altas fuentes penitenciarias le confirmaron a BigBang que, de acuerdo al presupuesto actual que no esta del todo establecido debido a que todavía rige el Presupuesto 2019 porque la gestión de Alberto Fernández no envió todavía la ley de leyes al Congreso, se erogan cerca de $1.800 por día por recluso.
En total el SPF tiene, al último recuento realizado ayer, 12.603 presos alojados, lo que representa el 99,28% de la capacidad total. Para que el sistema este totalmente ocupado solamente tendrían que ingresar 91 reclusos más.
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Si se toma el dólar oficial, con su consiguiente impuesto del 30%, por día Argentina gasta menos poco más de USD 20 por recluso. La media a nivel mundial ronda los USD 100.“Estamos mal porque directamente no hay un peso”, se sinceró una calificada fuente del servicio. En el medio también, según pudo saber BigBang, hay una fuerte disputa de poder dentro del Ministerio de Justicia, que comanda Marcela Losardo.
Es que tanto el secretario de Justicia, Juan Martín Mena, como el secretario de Derechos Humanos, Horacio Pietragalla, tienen un mal vínculo con la ministra.
La disputa es un capítulo más entre el tira y afloje entre el Presidente y la vice, Cristina Fernández de Kirchner. Es ese duelo, el titular del SPF, Emiliano Blanco, responde directamente al albertismo. Y se lo hacen saber.
En la crisis penitenciaria se ven algunas de esas esquirlas cuando los mensajes que llegan a los pabellones son diferentes. Lo que sucedió en Devoto, con sus posibles implicancias mañana cuando vuelvan a verse las caras negociadores y presos, afirman que es una de las muestras crudas de esa interna.
La mayoría del presupuesto del SPF se destina para el pago de sueldos de los penitenciarios. Luego llegan los gastos en mantenimiento, los ingresos que se le pagan a los reclusos que trabajan y los restante para cuestiones edilicias.
A cada preso que decide trabajar se le gestiona un cálculo simple. El sueldo básico que estima el Estado es dividido por 200 horas que es la cantidad máxima por mes que un recluso podría trabajar.
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De ahí se saca el parámetro de el precio de la hora trabajada dentro del penal y se multiplica por la cantidad de horas que haya trabajado el recluso. Ese dinero se deposita por mes en una cuenta bancaria a la que además tienen acceso los familiares del preso.Por eso suele suceder que una vez que salen del penal la cuenta no tiene plata ya que una ex pareja, por ejemplo, la gastó.