Probablemente Javier Milei haya generado que una de sus propuestas de Gobierno sea foco de atención y conversación en diferentes partes del mundo, sin querer generarlo. Es que, la idea de eliminar el peso argentino para dolarizar, generó una controversia de la cual nadie se quedó afuera para opinar por qué es algo sumamente negativo para el país y el momento que se está viviendo.
Es que así como hablaron sobre el tema diversos presidentes de Latinoamérica, como también sucedió ferozmente en Argentina por la gran preocupación que se generó luego de que la Libertad Avanza dé un batacazo ganando las elecciones Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO) con el 30% de los votos, quien también dejó en claro que es una pésima idea fue nada más ni nada menos que la portavoz del Fondo Monetario Internacional, Julie Kozack.
A la hora de hablar sobre la economía argentina y teniendo en cuenta que dentro de menos de un mes se llevarán a cabo las elecciones generales que tienen como candidato a Milei que propone dolarizar el país, Kozack manifestó que aquella idea tiene que estar garantizada a largo plazo como que funcionará, algo que por el momento, no está asegurado.
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Mediante una conferencia de prensa en Washington, la portavoz del FMI indicó: “La determinación del tipo de cambio es una prerrogativa de una nación soberana pero caso de realizarse, es importante garantizar la viabilidad de largo plazo del sistema cambiario que se seleccione”.Y a la vez, detalló: “La dolarización requiere pasos previos importantes y no sustituye una política macroeconómica sólida. Cuando hablamos de esto con los países, nuestra preocupación es que la política macroeconómica sea coherente con una transición ordenada entre tipos de cambio”.
En cuanto a la economía de Argentina y la deuda multimillonaria que posee con el Fondo, planteó: “La situación económica de la Argentina sigue siendo muy difícil y compleja. La inflación es muy alta y sigue aumentando. Los colchones de reservas son bajos y las condiciones sociales son frágiles” y agregó: “Estamos trabajando para entender mejor y evaluar esas medidas recientes y la necesidad de adoptar acciones compensatorias que puedan adoptarse para fortalecer la estabilidad y salvaguardar los objetivos del programa al tiempo que no se exacerben las vulnerabilidades”.
En la misma línea, subrayó: “Las políticas de las autoridades convenidas en el contexto de las últimas revisiones, la quinta y la sexta, tenían como objetivo salvaguardar la estabilidad a través de la reconstrucción de las reservas, restablecer el orden fiscal y también proteger a los más vulnerables”.
Y en cuanto a la relación que montan en este momento el FMI y Argentina, destacó: “El alineamiento del tipo de cambio, junto con una política monetaria y fiscal restrictiva, son componentes esenciales del programa. Es de interés para el FMI y sus miembros seguir trabajando junto con Argentina con un consenso político y social tan amplio como sea posible para garantizar la estabilidad y la prosperidad compartida para el país”.
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Asimismo, ella no fue la única del entorno del Organismo en expresarse en contra de la dolarización, sino que Rodrigo Valdés, director del Hemisferio Occidental del FMI, en diálogo con el periódico El País, remarcó una de las grandes contradictorias que tiene Milei en su discurso. “Una eventual dolarización no sustituye la necesidad de una política fiscal sostenible que lleve a tener deudas no demasiado altas”.
A su vez, el exdirector del Departamento del Hemisferio Occidental, Alejandro Werner, dejó asentado que el FMI “tiene un choque” con la idea de dolarizar el país y es por eso que deciden no aceptarlo. “Es un tema que tal vez le preocupa al FMI porque cree que en el corto plazo es muy difícil de implementar y que, además, es un régimen cambiario que tal vez no es el mejor para la Argentina”.