El juez federal Claudio Bonadio ordenará el desafuero de la senadora Cristina Fernández de Kirchner en la causa que investiga el pago de coimas y los bolsos con dinero que de acuerdo a las anotaciones del ex chofer Oscar Centeno llegaban a la Quinta de Olivos y del que formaban parte ex funcionarios y empresarios. Será el segundo pedido en menos de un año que el magistrado envía al Senado de la Nación.
Antes de enviar el pedido de desafuero, Bonadio le tomará declaración indagatoria a la senadora y ex presidenta el próximo 13 de agosto, en el marco de la causa que según el fiscal Carlos Stornelli “apunta a una asociación ilícita”. Cuando Bonadio envíe formalmente el pedido de desafuero, Cristina ya acumulará dos pedidos realizados ambos por el mismo magistrado. El primero fue en diciembre pasado, en el marco de la causa por el Memorándum de Encubrimiento.
Cristina Kirchner será indagada el próximo 13 de agosto por Bonadio.
Sin embargo, aquel pedido de desafuero ni siquiera llegó a ser tratado. La mayoría de las prisiones preventivas a ex funcionarios por aquel expediente cayeron. Pero además, en la Cámara alta rige la “doctrina” de no avanzar en desafueros hasta que exista una condena firme. El caso del ex presidente y senador Carlos Saúl Menem es un claro ejemplo: si bien tiene múltiples condenas, todavía no fue desaforado porque ninguna de ellas se encuentra firme, es decir que no fue definida por la Corte Suprema.
Esa doctrina impulsada por el jefe de la bancada peronista, Miguel Ángel Pichetto, podría salvar a Cristina por segunda vez en menos de un año. Aunque en el caso de Menem la Corte está más cerca de dar una sentencia firme sin lugar a nuevas apelaciones de la defensa del ex mandatario, con Cristina recién hace meses fue enviada a juicio oral la causa por el presunto encubrimiento del atentado a la AMIA con la firma del Memorándum, por lo que para que exista una sentencia firme faltan varios años.
La "doctrina Pichetto" que salvó a Menem volvería a salvar a Cristina Kirchner.
El interrogante que se abre, en cambio, es qué ocurre si por razones políticas no se aplicara la doctrina que lleva el nombre del senador peronista. Si eso ocurriera, el Senado tendría vía libre para tratar el desafuero de la ex presidenta y actual legisladora por la Cámara alta. De prosperar, Cristina quedaría sin la protección parlamentaria y la Justicia no solo podría allanar sus propiedades, sino, y por sobre todas las cosas, podría enviarla a la cárcel.