Una nueva discusión en el Gobierno: luego de las internas desatadas en los últimos días en la previa del aniversario de la muerte del fiscal Alberto Nisman, en las últimas horas hubo nuevos contrapuntos entre ministros del gobierno y dirigentes del Frente de Todos por las detenciones de ex funcionarios como Milagro Sala, Amado Boudou y Julio De Vido. Alberto Fernández aseguró que no hay presos políticos pero Eduardo “Wado” De Pedro y Oscar Parilli lo contradijeron.
Todo surgió luego del encuentro que tuvo esta semana Fernández con organismos de Derechos Humanos, entre ellas la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela De Carlotto, y la líder de Madres Línea Fundadora, Taty Almeida. En el encuentro, el Presidente les transmitió que en su gobierno “no hay presos políticos”, sino “víctimas de la persecución” judicial.
La frase, sin embargo, no cayó bien entre algunos dirigentes que forman parte del gobierno o que son cercanos al Frente de Todos. Sin ir más lejos, esta semana el ex ministro de Planificación, Julio De Vido, se quejó de las declaraciones del ministro de Obras Públicas, Gabriel Katopodis, y dijo que en el gobierno “están cómodos” con la prisión.
El ex funcionario, condenado en primera instancia por la tragedia de Once e investigado por presuntos hechos de corrupción, fue excarcelado semanas atrás, aunque con prisión domiciliaria.
Fue la líder de la Asociación Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini, quien salió con los tapones de punta y reclamó la “libertad de los presos políticos”, durante la habitual marcha que realiza todos los jueves en la Plaza de Mayo. Un día antes, Hebe le había exigido al presidente que diga “de qué lado está”. “Si es con el Poder Judicial, mayoritariamente corrupto, o con los presos políticos”, agregó.
La frase de Bonafini no fue casual. Al lado suyo se encontraba Mónica García de la Fuente, la ex diputada mexicana y esposa de Amado Boudou, quien se encuentra detenido desde el año pasado. “Necesitamos el compromiso de los políticos, a los que le hemos puesto el voto, que prometieron la libertad de los presos, que lo gritaban cuando hacían un discurso”, remarcó Hebe.
Por otra parte, el senador Oscar Parrilli también se desmarcó de la teoría de Alberto Fernández. Este jueves le dijo a Radio Con Vos que no tenía dudas de que en la Argentina había presos políticos. “Más allá de si hubo hechos de corrupción o no, la manera en que están detenidos, tanto en el caso de Milagro Sala, como en el de Julio De Vido y Amado Boudou, no hay elementos suficientes en los expedientes para condenarlos”, remarcó.
Aunque aclaró que respetaba la postura del presidente, insistió en que “hay presos políticos” y que Sala, líder de la Tupac Amaru que este jueves cumplió cuatro años detenida, también beneficiada el año pasado con la domiciliaria, era una de ellas.
El caso de Sala es clave. Fernández dijo que había conversado el tema de la detención con el gobernador de Jujuy, el radical Gerardo Morales, a quien la líder de la Tupac Amaru denuncia como el instigador de su detención. Este jueves, el ministro del Interior, Eduardo “Wado” De Pedro, dijo por Twitter que Sala lleva cuatro años presa: “No queremos más presas y presos políticos en Argentina. Libertad a Milagro Sala”.
La postura de Alberto va por otra vía. Días atrás aseguró que “un preso político es una persona detenida sin un proceso” y que “en la Argentina lo que hay son detenidos arbitrarios, que es otra cosa”. “Es gente que podría soportar sus procesos en libertad, pero los detienen porque eran opositores”, consideró el presidente, que al referirse puntualmente al caso de Sala sostuvo que tiene la tranquilidad de que “va a tener una última revisión de la Corte”.
“Si lo que digo es correcto, la Corte podrá resolver las arbitrariedades que se han cometido”, puntualizó.