El día después. La Casa Rosada amaneció como si nada hubiera sucedido, pese a que la jornada de ayer movilizó a casi dos millones de personas a lo largo y a lo ancho del país en contra del veto presidencial a la Ley de financiamiento universitario. La estrategia de comunicación que estableció Santiago Caputo y el plan b de Javier Milei en caso de que el Congreso resista la avanzada del Ejecutivo.
El presidente recibió a la mayoría de su gabinete a las nueve de la mañana en el Salón Eva Perón. Pero hubo significativas ausencias. Sandra Pettovello, titular de una de los ministerios más involucrados en la puja por el presupuesto universitario, brilló por su ausencia. Lo mismo hicieron el ministro de Economía, Luis "Toto" Caputo y su par en Defensa, Luis Petri.
Pese a la contundencia de las imágenes de las plazas colmadas en todo el país, desde el Gobierno sostienen que bajó la adhesión en relación a la primera movilización del mes de abril. "¿Qué marcha?", es la bajada del Gabinete, en línea con la posición oficial del Gobierno, plasmada ayer en el duro comunicado emitido en redes sociales, que buscó "bajarle el precio" a la marcha y alegó que se trató de una movilización política planificada por un "nuevo frente de izquierda populista" integrado por Cristina Fernández de Kirchner, Sergio Massa, Martín Lousteau, Horacio Rodríguez Larreta y Elisa Carrió.
Por estas horas, Martín Menem tiene la misión de conseguir los votos necesarios para que el veto presidencial pueda resistir en la cámara baja. Pero el escenario no es el mismo al de un mes atrás, cuando el Gobierno abrió la billetera y consiguió los votos para frenar el aumento a los jubilados. Según trascendió, sólo dos de los cinco "radicales héreos" estarían dispuestos a mantener su lealtad a los libertarios: Mariano Campero y Luis Picat.
En tanto, Martín Arjol, Pablo Cervi y Federico Tournier se llamaron a silencio, a la espera de ver qué posición tomarán los legisladores que aún responden a Mauricio Macri. El ex presidente mantuvo un cauto silencio durante la jornada de ayer y se reunió esta mañana con los senadores del PRO. Sin embargo, el enojo por el acto orquestado por Karina Milei en Parque Lezama y el avance de los libertarios en territorio porteño podría ser el centro de una nueva negociación, milanesas mediante.
Y la mesa está inclinada a favor del ex presidente. El Gobierno necesita los 38 votos del PRO en la Cámara Baja para sostener el veto, algo que por estas horas volvió a encender las alarmas en Balcarce 50, en especial teniendo en cuenta que recién la semana que viene tendrá lugar la reunión del bloque que responde a Macri. "No tenemos una decisión tomada aún", reconoció por estas horas Cristian Ritondo.
En caso de volver a conseguir el respaldo del ex presidente, Milei necesita entre siete y diez votos más. El MID podría aportarle tres y necesitan sostener la lealtad de los cinco radicales "héroes", aún en duda. Serán clave también las negociaciones con tres gobernadores: Alberto Weretilneck (Río Negro), Hugo Passalacqua (Misiones) y Gustavo Sáenz (Salta).
El tiempo corre. En las próximas horas, la oposición presentará un pedido de sesión especial en Diputados para que se trate el veto el próximo miércoles. Desde el Gobierno esperaban una convocatoria recién para el 16 de octubre, debido a que varios legisladores tenían viajes ya cerrados. Entre ellos, Oscar Zago y la propia Lilia Lemoine, quien recién regresará el 12 de octubre de Ucrania.
Con los números más que ajustados, en Balcarce 50 ya se preparan para otra posible derrota legislativa. En principio, el Gobierno analiza la posibilidad de apelar a la Justicia para sostener el freno al financiamiento universitario. Pero también apelarán a la retórica de campaña: "No hay plata".
Fue Patricia Bullrich quien a la medianoche se encargó de bajar la línea comunicacional del Gobierno de cara a una semana a pura rosca. "A ver si los profesores y los estudiantes universitarios se ponen a pensar y nos dicen a qué sector le van a sacar el presupuesto para aumentar el de ellos. Es una ecuación fácil, no populista, ni corporativa. ¿O prefieren más inflación para 46 millones a cambio del presupuesto propio? Escuchamos propuestas. No vale no traer la solución".
En caso de una derrota legislativa y de una resolución judicial adversa, el Gobierno apuntará contra otro de los sectores más desfinanciados: la salud. "De algún lugar tiene que salir la plata", amenazan por estas horas, dando a entender que el ajuste se llevará adelante en la cartera del flamante ministro Mario Lugones.