Mientras el gobierno de Javier Milei golpea a la educación pública y a los derechos conseguidos durante los últimos años, hay quienes se encargan de resguardar este ámbito: este lunes, el director general de Cultura y Educación de la Provincia de Buenos Aires, Alberto Sileoni, defendió la presencia de libros con contenido sexual explícito, en las escuelas bonaerenses.
El funcionario dio a conocer la verdad de la situación a través de una entrevista para Radio Mitre: "No son libros de educación sexual para los estudiantes; es una colección de literatura para las bibliotecas. Consideramos que son herramientas para los docentes y los bibliotecarios. No se obliga a los estudiantes a leerlos", comenzó el descargo.
Mientras periodistas y políticos libertarios crean falsos enfados por parte de los tutores de los alumnos que tienen acceso a los libres con información sexual, Sileoni confesó que "los padres están indignados por lo que escuchan en los medios" ya que las publicaciones que integran el programa en cuestión, denominado Identidades bonaerenses, "no es pornografía, sino literatura".
El programa literario impulsa el acompañamiento de documentos, por lo que los jóvenes no tienen un acceso libre a estos libros: "Hay libros que tienen una temática política, relaciones problemáticas o escenas de sexo o lenguaje con vocabulario soez. Esos no van para la secundaria básica, sino para la secundaria orientada; y tampoco va para el alumno que tiene 16 o 19 años″, aclaró.
Con estadísticas que demuestran la desinformación sobre temas sexuales y de reproducción, el gobierno de las Fuerzas del Cielo tiene como objetivo retrasar aún más el conocimiento por parte de los estudiantes, eliminando la ley que establece a las instituciones tratar Educación sexual integral (ESI), cuyo objetivo es, según la ley 26150/2006: "Proporcionar a los alumnos los conocimientos, actitudes, aptitudes y valores holísticos necesarios para tomar decisiones sanas e informadas en su vida sexual".
"Más allá de que usted discuta el concepto de literatura o de arte y que sobre un libro de 133 carillas como es 'Cometierra' se lea la mitad de una carilla donde hay alguna una escena... esto puede convertirse en una escena pedagógica en el aula", argumentó el director en charla con el periodista Eduardo Feinmann.
En un momento de la entrevista, el periodista leyó un fragmento de una obra que incluye un relato sexual explícito para confrontar con el funcionario. Sin embargo, Sileoni no sé quedó atrás y supo argumentar ante el intento de provocación del conductor: "Es literatura para los adolescentes. No discutimos con las familias. Convergemos con las familias. Aún hoy los chicos nos dicen que estas cosas no las pueden hablar en casa, aún con familias presentes. Entonces nosotros creemos que la escuela es un buen lugar para escuchar a los jóvenes que a veces los escuchan poco. ¿Usted sabe que hay sectores que los quieren meter presos a los 12 y se escandalizan porque a los 17 leen alguna obra de arte?".