La visita de Cristina Kirchner, este mediodía, a la sala de la Villa 20 donde funciona el Proyecto Comunidad fue todo un éxito. Dialogó un largo rato con los niños, les consultó sobre sus gustos de lectura y hasta les sugirió algunos títulos. El titular de Aerolíneas y candidato a jefe de Gobierno porteño, Mariano Recalde, la acompañó en el cierre de su campaña, y toda la cúpula de La Cámpora fue testigo de la emotiva jornada. Sin embargo, el diablo metió la cola.
Pitu acompaña la salida de Cristina por la calles internas de la Villa 20 y coordina todo con su custodia.
A medida que la Presidenta se fue retirando del lugar, acompañada por Recalde, el diputado Andrés “Cuervo” Larroque, el secretario general Eduardo “Wado” De Pedro y el ministro de Economía, Axel Kicillof, los vecinos del barrio, que la aguardaban en las calles internas, se abalanzaron para besarla, pedirle un autógrafo o simplemente una selfie.
En otro momento, el puntero le presenta a Cristina a una serie de “compañeros” que trabajan con él.
Con paciencia, Cristina fue atendiendo a casi todos a su paso y para eso contó con la especial ayuda a de su custodia, que estuvo a cargo, como siempre, del joven Diego Carbone, quien impartía indicaciones a sus colaboradores. Esta vez, Carbone tuvo una ayuda especial: el puntero político de la Villa y referente kirchnerista, Alejandro “El Pitu” Salvatierra, ofició de cercano custodio de Cristina, le presentó a un grupo de “compañeros” a modo de Embajador del Barrio y hasta tuvo tiempo para fotografiarse junto a ella.
La Presidenta, se detiene en otro tramo de la recorrida, y saludo a los vecinos de los pisos altos.
Salvatierra jugó un rol preponderante cuando en 2010 los vecinos de la villa de Lugano y Villa Sodati, entre otros, iniciaron la toma del Parque Indoamericano, en reclamo de viviendas dignas. El predio fue desalojado por la fuerza y como saldo hubo cuatro muertos.
Salvatierra fue en persona a negociar a la Casa Rosada condiciones para desalojar el Indoamericano.
De hecho, por esos días trabajaba para la la ex Fundación de las Madres de Plaza de Mayo, y por la toma Hebe de Bonafini le quitó el trabajo.
“Yo perdí mi trabajo en la Fundación por la toma del predio, yo tengo la mejor, a mí la Fundación me dio mucho, fueron los únicos que me dieron trabajo cuando nadie lo hacía por mis antecedentes, por la dirección en donde vivía”. Salvatierra vivía en la manzana 23 de Ciudad Oculta.
De pibe chorro a líder político, el puntero político vivió una vida llena de violencia, encierro y poder marginal. Hoy con su característica gorrita, “El Pitu” le abríó paso a Cristina y despejó a los curiosos que se abalanzaban. Todo bajo la atenta mirada del jefe de la custodia presidencial.