02 Noviembre de 2015 16:21
Bastó que su figura apareciera detrás de Mauricio Macri, en el momento en que el candidato de Cambiemos estaba a punto de poner a prueba su swing, para que todo el mundo empezara a preguntarse por él.
Nicola Parasuco, de él se trata, es el empresario que jugó al golf con Mauricio Macri el pasado fin de semana, durante los días que el jefe de Gobierno porteño y su mujer, Juliana Awada, pasaron en Tandil, según indica La Política OnLine.
El fin de semana pasado, el empresario jugó al golf con Mauricio Macri.
El empresario, a quien se menciona como un fuerte capitalista de la quiniela clandestina -acusación que no ha sido probada- tiene tal pasión por este deporte que lo llevó a construir su propia cancha, el Valle de Tandil.
Se trata de un moderno complejo de 18 hoyos, inspirado en el modelo americano inglés, que incluye pequeñas lagunas y un lujoso restaurant, y se encuentra enmarcado por las hermosas sierras del lugar.
Un verdadero paraíso por el que tiempo atrás Mauricio y su socio, Nicolás Caputo, le ofrecieron siete millones de dólares por la mitad del complejo, oferta que fue gentilmente rechazada.
Lo cierto es que más allá de su gusto por el golf, Parasuco tuvo que construir su campo porque la clase alta local, a la que pertenecen los Blanco Villegas, la familia materna de Macri, le negó el acceso al tradicional Tandil Golf Club.
Sin embargo, ésta no es la única adversidad a la que se tuvo que sobreponer el empresario, cuyo hijo apareció mencionado en el crimen de Germán Garmendia -hijo de un agenciero de autos de la ciudad-, que estuvo presuntamente vinculado a la pelea por una mujer, según consigna El Diario, uno de los medios gráficos de Tandil.
“Si es el asesino, lo entrego yo mismo. No pertenezco a la mafia y soy el primer interesado en que se descubra la verdad. Ofrezco US$ 20.000 al que ayude a esclarecer todo”, dijo en su momento “Don Nicola” a El Diario. Así se lo conoce en su terruño a este siciliano de 66 años.
“Don Nicola”, como se lo conoce en Tandil, rodeado de amigos.
Su hijo finalmente quedó libre de culpa y cargo, pero la crónica policial lo devolvió a escena cuando debió declarar en 2003 por el doble crimen del prestamista Santo Bravatta y su mujer, Francesca Croche.
Por ese rol de vecino consejero señaló que los Bravata lo invitaban periódicamente a comer, ya que eran expertos cocineros en la pasta y la pizza. Parasuco destacó el delicioso biscotto que hacía la esposa del prestamista. “Además las pizzas de Bravata eran espectaculares”, reveló, y en otro tramo de la declaración dijo que le sugirió al italiano que no se metiera en el negocio de cambiar cheques porque “en Italia la gente tiene palabra pero en Argentina te pasan por arriba”.
¿Tendrá lugar en un futuro gobierno de Macri si es que su compañero de golf llega a la presidencia?