El empresario Gabriel Romero, dueño de Emepa, confesó que pagó coimas por 600 mil dólares para que el Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner firmara el decreto para renovar la concesión de la explotación que tenía en sus manos la firma Hidrovía SA. A cargo de Ferrovías, también reconoció que pagó retornos al ex secretario de Transporte, Ricardo Jaime. Pidió ser arrepentido, declaró ante el juez Claudio Bonadio y el fiscal Carlos Stornelli y quedó en libertad.
La fuerte revelación salió a la luz ayer en los tribunales federales de Comodoro Py, donde se investiga el escándalo por el pago de coimas y sobornos de empresarios ligados a la obra pública a ex funcionarios. Romero confesó como arrepentido que hizo dos pagos, uno el 20 de enero de 2010, antes de que se publicara el decreto 113/2010, que prolongaba la concesión del cobro de peajes por el río a la firma Hidrovía SA.
Gabriel Romero, el empresario que admitió haber pagado coimas y sobornos.
A cambio, la firma de Romero debía modernizar el sistema de señalización y dragado. El siguiente pago fue semanas más tarde. En total, el empresario declaró ante la Justicia que pagó 600 mil dólares para obtener la renovación de la concesión. Aquellos datos figuraban, en parte, en las fotocopias de los cuadernos escritos por el ex chofer Oscar Centeno, que forman parte de la causa judicial.
Aquel decreto lleva la firma de la propia ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner, así como del por entonces ministro de Economía, Amado Boudou, y de Planificación, Julio De Vido. También aparece la firma del ex jefe de Gabinete, Aníbal Fernández. A raíz de sus declaraciones, el juez Bonadio ordenó liberar al directivo de Emepa, Rodolfo Poblete.
Romero es dueño del Grupo Emepa.
Lo cierto es que la confesión de Romero es aún mayor. El empresario dijo que le pagó coimas y hasta una suerte de “canon” anual al ex secretario de Transporte, Ricardo Jaime, para operar con Ferrovías, otra de sus empresas controladas por el Grupo Emepa, que maneja entre otros el ferrocarril Belgrano. Al igual que dijo otro empresario del mundo ferroviario, Aldo Roggio, Romero dijo que pagaba 5 por ciento de los subsidios al ex funcionario que se encuentra detenido por otra causa.
Jaime también formaba parte de la estructura de coimas en la Hidrovía, ya que como secretario de Transporte estaba bajo su supervisión. De acuerdo a la versión que aportó Romero a la Justicia, le pagaba a Jaime una suma fija anual que rondaba los 500 mil dólares.
Fue una semana clave en la investigación que tienen en sus manos Stornelli y Bonadio. Más allá de la indagatoria a la ex presidenta el lunes, por sus despachos en Comodoro Py pasaron varios empresarios que admitieron el pago de coimas y sobornos. Al testimonio de Romero se le sumó el de Roggio, dueño de una de las empresas vinculadas al mundo de la construcción más grandes de la Argentina. También la del ex funcionario Claudio Uberti, que dijo haber visto valijas con dinero en el domicilio de Cristina y Néstor Kirchner.