El fiscal federal Carlos Stornelli adelantó que no concurrirá a la comisión de Juicio Político este martes, a la cual está citado por haber promovido el archivo de la denuncia contra el ministro de seguridad porteño Marcelo D'Alessandro y Silvio Robles, vocero del titular de la Corte Suprema de Justicia (CSJ), Horacio Rosatti, la cual exponía los chats de Telegram donde ambos cerraban acuerdos espurios respecto la coparticipación porteña y el nombramiento del lugar del cordobés Luis Juez en el Consejo de la Magistratura.
La decisión del fiscal se conoció luego de que se filtrara el pedido que le hizo a través de una carta al procurador interino, Eduardo Casal, para declarar vía escrita en nombre de sus "inmunidades funcionales", algo que no está permitido en el reglamento de la comisión.
Casal, intentando no quedar manchado en la disputa política más importante del momento, simplemente le contestó con la respuesta de Carolina Gaillard, la presidenta de la comisión, quien apeló al reglamento para dejar en claro que la intención de Stornelli no es posible, ni viable.
Según el reglamento de la comisión, sólo los mandatarios y vices de los poderes ejecutivos nacionales y provinciales, además de los ministros de la Corte Suprema de Justicia, son los únicos que pueden optar declarar por escrito en estas instancias. Aunque eso no sería un probema para Stornelli, quien aun así tienen pensado no cumplir con la demanda que se abrió luego de que el juez federal Sebastián Ramos declarase la semana pasada en la comisión, que la causa en cuestión se había cerrado por un pedido de Stornelli.
Si bien el reglamento no le permite declarar por escrito en esta comisión, sí es un hecho que Stornelli no podrá ser llevado por la fuerza pública a comparecer ante los legisladores. Los fueros que tiene como fiscal impiden esta decisión que se podría tomar ante un testigo que se niegue a concurrir y que carezca de las garantías constitucionales que goza el fiscal.
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Es por eso que es estéril el camino que queda para los integrantes de la comisión de volver a convocarlo, salvo por apelar al cuestionamiento de la sociedad por su decisión. Lo cierto es que los integrantes de la comisión deberán optar por realizar una denuncia ante Casal, para que este comience un pedido de desafuero. Un camino complicado, que necesitará de un fiscal instructor y un Consejo Evaluador, compuesto por pares de él, y que no tiene ningún tipo de garantías de fallar en contra de Stornelli.La consigna de la novela gráfica Watchmen de Alan Moore, que Zack Snyder llevó al cine en 2009, se preguntaba quién vigilaba a todos los super hombres poderosos que oficiaban de "vigilantes" de la sociedad norteamericana de esa distopía. El debate, bajado a tierra, solamente refleja que no puede haber un poder tan grande que no pueda ser controlado por otro, algo que es parte de la vida republicana esencialmente.
Dentro de esos parámetros ficcionales, la institucionalidad argentina tranquilamente se podría preguntar quién vigila a Stornelli, un fiscal abiertamente opositor que tiene la espalda y la impunidad para desconocer los reglamentos establecidos constitucionalmente en los atributos del Poder Legislativo nacional, sin sufrir un escarmiento al respecto.
Hace unos meses, el diputado nacional Eduardo Valdés, atacó al fiscal por todos sus antecedentes donde demostró claramente su posición a la hora de la grieta que divide a la política argentina.
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En un hilo de Twitter se descargó contra él por estar "doblemente procesado", "por pedirle al espía Marcelo D'Alessio que le ponga 'algo', (¿será cocaína?), al ex marido de su actual mujer (¿no es espionaje ilegal?). "Está procesado en 1ra y 2da instancia"."Todo esto es la cloaca del Poder Judicial de los últimos años. Por eso no es casual que sea Stornelli el que salga en auxilio de las vergonzosas ilegalidades cometidas por los mas altos magistrados de la nación", criticó Valdés. "República o cloaca, esas son las alternativas de la Argentina de hoy", agregó el legislador.
Cabe recordar que Stornelli debía comparecer ante el juez Alejo Ramos Padilla para explicar su relación con D'Alessio, quien decía que era un abogado pero se dedicaba al espionaje, y así decidió faltar a todas las citaciones que le hizo, sin que eso sea un problema para su trabajo.
Las definiciones de Valdés, sumados a los hechos como el faltazo previsto a la comisión, grafican a este fiscal federal que, al igual que los superhéroes distópicos de Watchmen, no es vigilado ni controlado por ningún otro poder y ni siquiera parece estar por debajo del imperio de la ley.