La Administración Nacional de Aviación Civil publicó un proyecto de reglamento provisional para definir los límites de los vehículos aéreos no tripulados (UAV, según sus siglas en inglés), es decir, los drones que se pusieron de moda el año último.
El proyecto elaborado estipula la necesidad de contar con una licencia o autorización de la ANAC para volar un drone de más de 10 kilos y que el piloto sea mayor de edad; prohíbe su uso cerca de un aeródromo -para evitar incidentes con los aviones- y define que no podrán ser usados a menos de 200 metros laterales de áreas residenciales, caminos o reuniones (públicas o privadas) o a menos de 1 kilómetro de pueblos o ciudades (pero siempre pensando en los equipos de uso profesional y no recreativo). También impone la obligación de usarlos sólo de día y con buen tiempo para evitar accidentes.
Pero la normativa tiene zonas grises: aunque dice no alcanzar a los drones de uso recreativo (los ubica en la misma categoría que los clásicos aviones de aeromodelismo), prohibe su uso para tomar fotografías no consentidas de terceros (porque ya sería otro su uso) y exige su homologación ante la Comisión Nacional de Comunicaciones (por el uso del espectro radioeléctrico para la transmisión de comandos, imágenes y videos); e impediría el uso de drones para envío de paquetes al estilo de lo que quiere hacer Amazon y ya están probando en China (y más allá de uso para el transporte de drogas), ya que entre otras cosas exige que el drone esté siempre a la vista de su piloto.