14 Julio de 2015 11:29
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Karina Rabolini, esposa del gobernador bonaerense y candidato a presidente por el FPV -Daniel Scioli- cobra cada vez mayor protagonismo en la campaña. Una de las iniciativas que la tiene como factotum, a través de la Fundación Banco Provincia -entidad que preside- es el programa “Una mirada para los niños”, que consta de entregar anteojos a niños de bajos recursos. Por ese motivo estuvo en la villa 1.11.14, uno de los asentamientos más peligrosos de la Capital. Allí se encontró con el Padre Hernán Morelli, quien la llevó a recorrer el polideportivo donde se entregaron los lentes.
Rabolini, fiel al estilo descontracturado que viene mostrando en sus apariciones públicas, ser hizo un rato para jugar al metegol. El estadio de “futbolito” (como lo llaman los españoles) es una donación de Daniel Angelici a los curas villeros de la 1.11.14. Se trata de una réplica de la Bombonera que el presidente de Boca donó al lugar para esparcimiento de los chicos que van a practicar deportes o clases de apoyo. Angelici, además de mandamás xeneize, es un empresario del juego vinculado al PRO. Pero para el que recibe la ayuda no hay bandera política.
En sus recorridas mediáticas para distintos medios gráficos, radiales y televisivos, Rabolini se esmera en mostrar su faceta más amable. Experimentada modelo, se maquilla y peina ella misma, en un signo más de autoconocimiento que de austeridad.
Dicen quienes la frecuentan que la mujer de Daniel Scioli es transparente, tal como se la ve. Y eso se traslada al electorado. Karina mide bien. Y ella aprovecha: se la pudo ver revolviendo un locro gigantesco o amasando pastas. No le teme a nada. Y, además, juega bien al metegol.