Dos piedras impactaron en el vehículo que trasladaba a Mauricio Macri en el barrio Belisario Roldán, en Mar del Plata. El efecto de la roca en la chapa generó algo más que una pequeña abolladura: obligó al Gobierno a replantear la seguridad del propio jefe de Estado.
La custodia del Presidente depende directamente de Casa Militar.
El resguardo del Presidente depende de Casa Militar, un organismo con efectivos de las tres Fuerzas Armadas que depende de la secretaría general de la Presidencia, a cargo de Fernando de Andreis. Su tarea consiste en proporcionar asistencia y seguridad al mandatario y su familia, en todo tiempo y lugar.
Este último concepto no se cumplió en Mar del Plata, donde la seguridad fue vulnerada de forma abrupta por un pequeño grupo de manifestantes entre los que se encontraba una mujer de campera roja que presuntamente había participado del acto de Cristina Kirchner en la villa 31, hecho que luego fue desmentido pero que el Gobierno sigue investigando de cerca.
El escrache en Mar del Plata despertó preocupación en el Gobierno.
En concreto, Casa Militar es un organismo independiente del ministerio de Seguridad que dirige Patricia Bullrich y de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI). Está encargado de diagramar los dispositivos de seguridad del Presidente y cuenta con sus propios efectivos, movilidad y logística, un paquete que utiliza a gusto y piacere gracias a que maneja su propio presupuesto, una caja millonaria.
La custodia de Macri, durante el acto de asunción.
Unos 145 efectivos dependen de Casa Militar, que tras la llegada de Macri al poder sumó a sus filas hombres provenientes de la Policía Metropolitana.
Dentro de la Casa Rosada, el organismo cuenta con su propia oficina y en la terraza del edificio presidencial se dispuso de una pequeña casa blanca con dos camas que BigBang registró en exclusiva en una visita meses atrás, en donde los efectivos descansas y se bañan.
El organismo cuenta con una pequeña disposición en la terraza de la Casa Rosada.
El organismo está a cargo del general de Brigada, José Luis Yofre, designado en el cargo a través del decreto N°353/2016 que firmaron el propio Macri y el ministro de Defensa, Julio Martínez. El militar reemplazó al teniente coronel Jean Pierre Claisse, quien asumió en diciembre de 2015 tras la salida de Agustín Rodríguez, nombrado en 2011 por CFK, cuestionado por supuestos contactos con el ex jefe del Ejército, César Milani.
Claisse dejo el cargo por no tener el rango requerido, debido a que provenía del arma de Caballería y se había desempeñado por seis años como director de Operaciones. Su ascenso, incluso, había sido recomendado por varios ministros que integran el gabinete macrista.
Yofre es el militar a cargo de la custodia presidencial.
El ataque en Mar del Plata puso en la mira a Yofre: es que el operativo de seguridad de Casa Militar en “La Feliz” no mantuvo una correcta comunicación con el ministerio de Seguridad y sólo mantuvo un contacto con el Intendente local Carlos Arroyo, y la AFI. Ahora el Gobierno duda de su propia seguridad interna.
Incómodo con la custodia
Con el arribo de Macri a la Rosada, la disposición de los agentes de seguridad cambió y se redujo al máximo el número de custodios. El presidente se siente incómodo con los, al menos, cinco hombres de traje que lo persiguen día y noche. Incluso, el jefe de Estado suele escaparse por los pasillos de la casa de Gobierno de la atenta mirada de sus custodios.
Macri, en Davos junto a Massa, sólo contó con cinco custodios.
El mandatario cree que una custodia de cinco hombres es abultada, o al menos eso pensaba. En su entorno entendían que se trataba de un número pequeño, y el ataque en Mar del Plata les podría dar la derecha. De cualquier modo los cambios ya comenzaron: se anunció la utilización de una camioneta Mercedes Benz blindada, que continuará con un incremento de custodios, número que hasta el momento se desconoce.
Pero no sólo Macri desistió de buena parte de su seguridad. El ministro de Educación Esteban Bullrich les pide a los custodios que se mantengan alejados cuando sale a correr porque “lo desconcentran”. Marcos Peña, jefe de Gabinete, también redujo su custodia. Se trata de un signo diferenciador del macrismo con respecto al kirchnerismo. Por ejemplo, Aníbal Fernández llegó a tener 50 custodios, un número que el Presidente jamás aceptaría, aunque el hecho en Mar del Plata lo preocupó. Y bastante.