Es uno de los datos más importantes que se conocieron hasta ahora de la causa que el juez federal Alejo Ramos Padilla lleva adelante sobre una asociación ilícita dedicada a realizar extorsiones, espionajes ilegales y operaciones judiciales. Hoy se supo que el juez investiga en ese expediente a su colega Claudio Bonadio, eterno perseguidor de Cristina Kirchner y a cargo de la causa por las fotocopias de los cuadernos. Y además investiga a la diputada nacional Elisa Carrió, una de las fundadoras de Cambiamos, la alianza de gobierno que llevó a Mauricio Macri a la presidencia.
Bonadio, Carrió, su mano derecha Paula Oliveto (diputada nacional) y su otra escudera Mariana Zuvic (diputada del Parlasur) integran el mismo grupo de imputados y sospechosos en el expediente junto al fiscal federal Carlos Stornelli, el falso abogado Marcelo D´Alessio y los ex espías Ricardo Bogoliuk y Aníbal Degastaldi, los tres últimos procesados y detenidos con prisión preventiva.
Así lo dejó hoy consignado por escrito al rechazar una causa radicada en Comodoro Py que se había iniciado en una denuncia anónima y que estaba a cargo de Luis Rodríguez, titular del juzgado federal N°9. “Se impone dejar constancia -ya que se encuentran mencionados en estas actuaciones- que en la causa nro. 88/2019 del registro del Juzgado federal de Dolores se encuentran imputados, querellados y/o detenidos entre otros, Marcelo D´Alessio, Ricardo Bogoliuk, Anibal Degastaldi, Carlos Stornelli, Claudio Bonadio, Elisa Carrio, Paula Oliveto y Mariana Zuvic, sin que ello implique ningún análisis de mérito sobre su responsabilidad, el que corresponde realizar en el marco del expediente citado”, escribió Ramos Padilla.
La historia del origen de la denuncia que tramita el juez Rodríguez tiene mucha miga. Días después de que se hubiera conocido que Ramos Padilla investigaba a Stornelli por la presunta extorsión al empresario rural Pedro Etchebest, en la fiscalía apareció en un sobre dejado por debajo de la puerta, en la que se relataba que la denuncia radicada en Dolores se habría originado en una conspiración ideada por algunos de los detenidos en la causa de Bonadio sobre los sobornos de los cuadernos del chofer Centeno. Con ese anónimo Stornelli hizo una denuncia.
El mismo día “Mariana Zuvic y Paula Oliveto presentaron también en Comodoro Py una denuncia similar basada en “anónimos” y transcripciones de escuchas telefónicas vinculadas al mismo asunto que quedó radicada bajo el nro. 1374/19 del Juzgado Criminal y Correccional Federal nro. 11 a cargo del Dr. Claudio Bonadio”, precisó Ramos Padilla. La maniobra era sencilla: atraer la causa de Ramos Padilla a Comodoro Py, o tratar al menos de minar su origen.
Lo más llamativo es que las transcripciones telefónicas habían sido supuestamente ordenada por un juzgado federal de Lomas de Zamora en otra causa en trámite. La Agencia Federal de Inteligencia le informó a Ramos Padilla respecto de esas intervenciones telefónicas que “se realizaron transcripciones de las escuchas telefónicas vinculadas al objeto de la investigación y las mismas fueron remitidas oportunamente a dicho tribunal junto con la totalidad de los discos compactos con el producido de las intervenciones dispuestas en la referida causa”.
Pero cuando el juez de Dolores consultó a su colega de Lomas de Zamora se informó que “las intervenciones a dichos abonados, durante el período que estuvieron vigentes, no arrojaron ningún resultado de interés para el objeto de esta causa y, de hecho, no generaron ninguna transcripción ni informe por parte de la preventora”. Además se ordenó “oportunamente la destrucción de los CD que contenían tales escuchas, pues su producido, extraño al alcance dado a las intervenciones y ajeno al objeto procesal planteado en la causa, de ningún modo constituía base probatoria...” para su investigación del juez de Lomas de Zamora.
Para pasar en limpio. Las dos causas que se había presentado en Comodoro Py se originaron en “anónimos” a partir de escuchas ordenadas en otra causa que no habían dado resultado alguno y que deberían haber sido destruidas. Para Ramos Padilla se trató de una maniobra para generar “una investigación de la investigación” y buscar quedarse con la causa de Dolores. En síntesis, Ramos Padilla rechaza quedarse con la causa que le envía Rodríguez, pero decide quedarse con una copia debido a que “podría existir comunidad probatoria entre ambas actuaciones, principalmente si se tiene en cuenta que la utilización de maniobras similares para el “armado” de causas judiciales resultaba ser uno de los modus operandi utilizados por la asociación ilícita allí investigada, sumado ello a las vinculaciones ya indicadas”.