"Voy a estar en el mismo lugar al que voy desde hace ya 50 años, en Malvinas Argentinas (su quinta privada). Con Lilita, algunos amigos más y mis hijos". Esas fueron las palabras con las que Mauricio Macri confirmó, una vez más, utilizará "Los abrojos" como su bunker político. Tras emitir su voto en Palermo, le recomendó a los argentinos "un buen plato de ravioles", aunque almorazá asado junto a Carrió.
“Los Abrojos” queda en Los Polvorines, a metros de Campo de Mayo y Ruta 8, partido de Malvinas Argentinas. Es un campo de 9 hectáreas con tres casonas, cancha de tenis, cancha de padel, dos de fútbol y mucho césped. Desde el living de la casa principal, los ventanales dan un reflejo del color preponderante en el lugar, que bien podría ser amarillo, a juzgar por su dueño. Pero no. En “Los Abrojos” reina el verde.
Macri disfruta de este paisaje paradisíaco en familia cada fin de semana y BigBang lo muestra desde el aire por primer vez. Refugio a prueba de política y rosca, en “Los Abrojos” se respira amistad y deportes. Es que la quinta familiar no se utiliza para otra cosa que no sea el relax. Aunque no son pocos los que creen que “todo” es y sirve para la política.
El lugar supo pertenecer a Franco Macri, quien aún conserva su propia casa dentro del terreno, aunque no la visita con frecuencia. La otra casona perteneció a Sandra, la difunta hermana del presidente. Estas dos construcciones son de ladrillo a la vista, similares a la arquitectura del complejo Manantiales de Punta del Este, donde el clan suele pasar las temporadas veraniegas.
Quienes lo conocen de cerca, no dudan: “Los Abrojos” es “el lugar en el mundo” de presidente. La casa habitada por Macri y su mujer se puede calificar como austera. Es de una sola planta y tiene cuatro habitaciones: una para cada uno de sus hijos. La pequeña Antonia tiene un cuarto para ella y sus juguetes. Quienes pasaron por alguno de los baños verificaron que una de las hijas de Macri tiene allí un set de cremas francesas.
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En el comedor había un jacuzzi, que Macri mandó a demoler por falta de uso
La casa fue redecorada por Juliana Awada, quien optó por dotarla de unos sillones blancos y un espejo de agua. Su toque personal. En la antegalería hay una mesa de ping pong que, si bien desentona con el resto del lugar, es un buen esparcimiento para visitas. En ese sector de la casa hay una tevé LED que suele utilizarse para ver deportes... o los dibujitos de Antonia. Demás está aclarar que eso depende de quién mire.
Cada vez que visita “Los Abrojos”, Claudio -el histórico parrillero- lo espera con el asado a gusto del patrón.
En las paredes no hay fotos de su actividad política o empresarial. Los portarretratos son mayormente fotos con la pequeña Antonia
Una de las principales actividades que se desarrollaron en esa quinta son los partidos y campeonatos de fútbol. El césped no tiene nada que envidiarle a una cancha de Primera División, y se dice que el encargado de cuidarlo es el canchero de River. En esa cancha también practicaron equipos profesionales, como el Deportivo Morón dirigido por Blas Giunta.
Deportivo Morón, con su DT Blas Giunta, enfrentó a Midland en Los Abrojos.
Hasta hace unos años, el propio Macri se paseaba por ese césped con la 10 de Boca en la espalda. Y tenía su propio equipo, que se llamaba Los Cardenales y contaba con ayuda de lujo: ex jugadores profesionales. Hoy ya no transita el verde césped con olfato goleador. Prefiere jugar al tenis y descansar. Y al verde de su “lugar en el mundo” sumarle más colores. El rosa de la Casa de gobierno, por ejemplo.