Dos capitanes frente a frente. Detrás de ellos, dos escuadras sedientas de gloria. El clima, frío; los corazones, calientes. En un animado cotejo, el equipo de subdirectores y personal jerárquico de la AFIP jugó anoche un partido de fútbol contra una juvenil escuadra del Banco Provincia. De un lado, Santiago Montoya. Del otro, Ricardo Echegaray. Así las cosas “el picado de los sabuesos”, un show deportivo-financiero de lujo. ¿El resultado? No trascendió. Desde la web de la AFIP apenas dijeron: “El fútbol como sana escusa y el resultado como anécdota”.
Desde el arco, Montoya emuló a Juan Carlos Olave, arquero de Belgrano de Córdoba.
El cordobés Montoya lució el brazalete invisible de capitán. El ex titular de ARBA es fanático de Belgrano de Córdoba: su equipo vistió la camiseta alternativa del Pirata, blanca. Desde el arco, el veterano presidente de BAPRO comandó las acciones de su equipo. En “El Picado de los Sabuesos”, al igual que en la vida real, el arquero de casaca celeste es la voz de mando de su equipo. En Belgrano, Juan Carlos Olave; en Bapro, Santiago Montoya.
Echegaray y Montoya se refrescan y comentan las vicisitudes del cotejo disputado.
Ricardo Echegaray se plantó como un sobrio jugador que acompaña las jugadas desde atrás. En ataque, panorama y criterio. En defensa, un marcador correcto. El titular de la AFIP, hincha de Independiente, incluso coqueteó con la idea de presidir al Rojo de Avellaneda.
Al finalizar el partido, un tercer tiempo de asado y vino en el edificio de la Aduana.
El resultado del partido fue incierto, y a la vez una excusa para fortalecer lazos entre las dos instituciones, para posar con los dedos en V y para un tercer tiempo de asado bien regado en el edificio de la Aduana.