25 Diciembre de 2015 07:30
Tradicional barrio de bellísima arquitectura, Recoleta siempre reunió a apellidos de resonancias patricias y fortunas de variada procedencia. Y, en los últimos meses, se ha convertido en el hogar de retiro de tres figuras de la política nacional y de la Justicia enfrentados por su carreras e ideas.
Carlos Fayt
La caseta de vigilancia al costado es lo primero que salta a la vista en la puerta del edificio de Ayacucho al 1500 donde vive Carlos Fayt, el juez que se retiró de la Suprema Corte (tal como había prometido) un día después de la asunción de Mauricio Macri.
La fechada del edificio donde reside Carlos Fayt.
De sobria piedra gris, el frente de la casa de Fayt fue testigo de una amplia manifestación a su favor cuando el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner quiso presionarlo para que renunciara. En aquel entonces, el ex juez se había mostrado agradecido por el gesto de sus vecinos.
La manifestación de apoyo frente al hogar del ex magistrado.
"Quiero expresarles mi sincero reconocimiento por haber llevado a cargo esta hermosa reunión. Es una manifestación ciudadana que valoro como tal. Sé que quieren una justicia independiente que defienda sus derechos", declaró Fayt. "La considero una manifestación de solidaridad con los valores democráticos y constitucionales que siempre he defendido y que seguiré haciéndolo desde mi lugar de juez de la Corte Suprema".
Norberto Oyarbide
Diferente fue la actitud del pueblo frente a otro vecino de Recoleta: el juez federal Norberto Oyarbide, quien hace días reveló que ya comenzó sus trámites jubilatorios.
Oyarbide vive sobre la calle Rodríguez Peña.
"Estos días no puedo caminar una cuadra alrededor de mi casa porque la gente me grita y me insulta permanentemente", confesó Oyarbide el pasado 17 de diciembre en una entrevista radial, detallando que el acoso verbal comenzó cuando le dictó el sobreseimiento a Néstor y Cristina Kirchner en una causa abierta por enriquecimiento ilícito.
En el 2012, además, el juez había sido objeto de un cacerolazo frente a la puerta del edificio de Rodríguez Peña al 1900 luego de que recayera en su juzgado la causa por maltrato, abuso de poder y amenazas que la despachante Paula de Conto le había iniciado al en aquel entonces secretario de Comercio Guillermo Moreno.
En la ola de cortes del 2013, un generador le brindaba energía en exclusiva al edificio.
Y un año después el hogar de Oyarbide fue objeto de otra polémica, cuando en medio de los cortes que asolaron gran parte de Buenos Aires en diciembre del 2013, un generador fue instalado para proveer de energía exclusivamente al edificio donde vive el juez.
Cristina Fernández de Kirchner
El último personaje en retiro que se sumó al vecindario fue, claro, Cristina Fernández de Kirchner. Su mudanza a la esquina de Juncal y Uruguay fue recibida por un pasacalle con la inscripción "Bienvenida al barrio, compañera Cristina". Firmado por "Ana, Naty, Fermín y Julio", duró poco: un par de días después fue bajado por personal del gobierno de la ciudad.
El pasacalles que recibió a Cristina en Recoleta.
Sin embargo, a priori Recoleta parecía un terreno minado para la ex presidenta. En el barrio, más del 80 por ciento de los votos en las elecciones presidenciales había ido para Mauricio Macri y las opiniones de los vecinos no eran nada favorables a su llegada. Incluso, un grupo de personas insultó a Cristina cuando llegó a su nuevo domicilio luego de brindar su último discurso como primera mandataria.