Sabe de conflictos. En especial, conflictos sociales. Pero, cuando aún siquiera soñaba con la Gobernación bonaerense o, acaso, ser funcionaria, María Eugenia Vidal solía enfrentarse a otro dilema: los dibujitos animados.
Aunque no era fanática de mirar la TV, la gobernadora podía pasar largo tiempo mirando las aventuras de la Pantera Rosa, su dibujo preferido.
El dato forma parte del libro "La otra hechicera" que lanzó la editorial Margen Izquierdo, la biografía no autorizada de la gobernadora bonaerense, donde se cuenta la vida íntima y política de Vidal.
El nuevo libro sobre María Eugenia Vidal con datos desconocidos sobre su vida íntima.
El periodista Ezequiel Spillman describe su infancia y su adolescencia en Flores, en un departamento en la calle Bonifacio junto a su hermano, Nicolás, siete años menor.
La pequeña Mariú hamacando a su hermano Nicolás en la plaza de Flores.
En esos primeros años, al cuidado de la abuela Corina, las peleas por el control de la vieja Telefunken eran una constante. La pequeña María Eugenia, miraba telenovelas y, a diferencia de la Pantera Rosa, cuando aparecían Tom y Jerry no le agradaba demasiado y tal vez optaba por ir a leer.
Los dibujitos de su infancia, eran vistos en la única televisión que había en el departamento. Durante las tardes era la abuela Corina quien llevaba la manija de la pantalla chica. Con dibujos animados o no.