02 Octubre de 2023 18:43
Mientras desde el Gobierno proponen llevar a cabo la reducción de las jornadas laborales, desde el Instituto para el Desarrollo Social Argentino (IDESA) se elaboró un informe sobre las condiciones de trabajo en Argentina y el mismo dio como resultado que seis de cada 10 personas, trabajan menos de ocho horas diarias, que es justamente lo que se quiere tratar en el Congreso Nacional.
Hace dos años que el diputado Hugo Yasky intenta que se debata la Ley que está en agenda, pero nunca logró el cometido. Ahora, hace un mes, el tema se instaló verdaderamente y con ello se presentaron siete proyectos diferentes pertenecientes a diputados de distintos bloques con un mismo fin: que las actuales 48 horas semanales de trabajo pasen a ser 36 horas por semana o un máximo de 6 horas diarias.
Cinco de aquellos diputados corresponden al oficialismo. Ellos son: Claudia Ormaechea, Hugo Yasky, Sergio Palazzo, Eduardo Valdés y Mónica Litza y por otro lado, Enrique Estévez y Nicolás del Caño, del Frente de Izquierda. El debate en la Cámara de Diputados tendrá su segunda jornada el próximo miércoles, en donde analizarán si se llega a un acuerdo para poder lograr la media sanción o no.
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Entonces, mientras los diputados buscan sancionar una ley para que la carga laboral sea de seis horas por día, desde la consultora que dirige el economista Jorge Colina, IDESA, se elevó un informe que dio unos resultados que dieron que hablar: seis de cada 10 personas trabajan menos de ocho horas diarias en Argentina.En el comunicado, detallaron que en cuanto a la Ley, el Gobierno no tiene en cuenta diversas problemáticas que se tergiversan entre sí. “El debate instalado por el Gobierno no tiene en cuenta una realidad que marca que dos de cada tres trabajadores realiza tareas por menos de 40 horas semanales, lo que tornaría abstracta la discusión para la mayoría de los asalariados”, asentaron.
Aun así, apuntaron directamente con que este proyecto no es algo que surge en el país, sino que ya lo han realizado en otros lugares también. "La idea de reducir la jornada laboral no es nueva ni propia de la Argentina", indicaron. “Pero, la discusión en el viejo continente está más centrada en mejorar la calidad de vida de los trabajadores que en aumentar el empleo”, escribieron.
De igual manera, brindaron un consejo de lo que se debería realizar en estos momentos como país, teniendo en cuenta la inflación y el desempleo. “En este momento lo prioritario debería ser ordenar el Estado y las instituciones laborales para crecer con más empleos de calidad”, y agregaron: “Para achicar el día de trabajo a seis horas, la productividad de las empresas debería crecer un 33%, cuestión que de materializarse la iniciativa en tratamiento en el Congreso el mayor costo se trasladaría a los precios".
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A la par, plantearon: “El problema, entonces, no es que hay trabajadores que trabajan mucho y que les quitan empleo a otros, sino que hay una severa escasez de buenos empleos. El principal desafío no pasa por compartir los pocos empleos de calidad que hay, sino por multiplicar los empleadores y las inversiones productivas”.Por último, el informe concluye con una severa determinación si es que el Congreso decide aprobar la Ley. “Dado que se acumulan décadas con niveles de productividad estancados, se puede afirmar que, en las actuales condiciones, reducir la jornada legal tendrá asociado más informalidad y más inflación”.
Asimismo, cuando comenzó a instalarse el tema en agenda, la ministra de Trabajo, Kelly Olmos, se mostró a favor de que se implemente, comprendiendo que es un proceso que deberá realizarse de a poco, pero que cree que es sumamente posible, ya que Argentina quedó muy “retrasada” con su modelo laboral.
"Es una propuesta que desde el Ministerio de Trabajo en su momento respaldamos porque la Argentina ha quedado muy retrasada todavía con las 48 horas semanales que se implementa desde 1930", había explicado. “La jornada laboral semanal debería ir reduciéndose en forma escalonada y, para mí, debería ser de 40 horas. Así podría pasar primero de 48 a 44 horas, y luego a 40 horas en algunos años. Algunos plantean 36 por la experiencia en países desarrollados”, reconoció.