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Abandona el barco

Renuncia en medio del fuego: el fracaso de la gestión y el abandono de Ana Lamas a la Secretaría de Ambiente

Su salida fue por "cuestiones personales". Mientras, Scioli juega al paddle.

13 Febrero de 2025 12:41
Renunció Ana Lamas, la subsecretaria de Ambiente de la Nación

Mientras la Patagonia arde y las llamas consumen miles de hectáreas de bosques nativos, la Subsecretaria de Ambiente de la Nación, Ana Lamas, deja su cargo. Su renuncia, envuelta en excusas de "agotamiento" y "razones personales", es el síntoma de un área reducida a su mínima expresión, vaciada de presupuesto y sin respuestas ante una de las crisis ambientales más graves de los últimos años. El Gobierno de Javier Milei, que desde un principio menospreció las políticas ambientales y minimizó la relación entre el cambio climático y los desastres naturales, ahora enfrenta el resultado de su propia desidia. 

Su salida fue por "cuestiones personales".

Lamas, quien en diciembre perdió el control del Sistema Nacional del Manejo del Fuego (SMNF) —traspasado al Ministerio de Seguridad—, vio cómo su gestión se volvía irrelevante. La Secretaría de Ambiente, en manos de Daniel Scioli, se convirtió en un cascarón vacío, donde la prioridad parece ser cualquier otra cosa menos la protección del medioambiente. La salida de la ahora ex Subsecretaria de Ambiente de la Nación llega días después de que se conociera que su subsecretaría destinó fondos públicos para el mantenimiento de aires acondicionados y la eliminación de una plaga de ratas en sus oficinas. 

La indignación creció cuando se reveló que, al mismo tiempo, los recursos para combatir incendios forestales eran insuficientes y las respuestas del Gobierno, tardías. Mientras brigadistas trabajan con recursos limitados en El Bolsón, Epuyén, Nahuel Huapí y Lanín, las provincias afectadas denuncian la falta de apoyo de Nación. En Corrientes, los incendios ya arrasaron más de 100.000 hectáreas. En Córdoba y Catamarca, la situación es igualmente alarmante. Sin embargo, el ajuste golpeó al sistema de manejo del fuego: en 2024, el presupuesto destinado fue menor en términos reales que el del año anterior, reflejando una falta de planificación y prevención.

Organizaciones ambientales como Fundación Vida Silvestre y FARN advierten sobre la "inacción del Gobierno" y la ausencia de un plan nacional serio para enfrentar estos desastres. "La ejecución presupuestaria es irrisoria. Se actúa de manera reactiva, cuando el daño ya está hecho", denunciaron. Como si fuera una parodia del abandono estatal, en medio de la emergencia ambiental, el secretario de Turismo, Ambiente y Deportes, Daniel Scioli, decidió compartir en sus redes un video jugando al paddle. Con la canción Resistiré de fondo y el lema "My field, my rules", el ex gobernador bonaerense promocionó su pasión por el deporte.

Claro está, en el mientras tanto vastas áreas del país eran devoradas por el fuego. La reacción en redes fue inmediata y demoledora. "¿No sos secretario de Ambiente? ¿Te enteraste de los incendios en la Patagonia?", le recriminó una usuaria. Otro comentario ironizó: "¿Estás jugando al tenis mientras se incendia la Patagonia?". Scioli, lejos de ofrecer respuestas o asumir responsabilidad, optó por ignorar las críticas.  Este episodio no hace más que reflejar la desconexión de un gobierno que se desentiende de sus deberes. 

En la provincia de Corrientes ya se quemaron unas 250 mil

Mientras los incendios avanzan y comunidades enteras ven destruidos sus hogares y ecosistemas, las máximas autoridades responsables del área parecen más interesadas en el confort de sus oficinas y en sus hobbies personales que en brindar soluciones. La renuncia de Lamas no es solo el fin de una gestión, sino la confirmación del desprecio del Gobierno de Milei por la crisis ambiental. Con un presupuesto recortado, una estructura degradada y funcionarios que priorizan la propaganda y el ajuste por sobre la protección del ambiente, el panorama es desolador. El fuego no solo consume bosques y fauna silvestre; también desnuda la indiferencia de un gobierno que, mientras la Patagonia arde, juega a otro deporte.