Un periodista que participó de la entrevista que Mauricio Macri dio ayer antes de ser internado contó algunas intimidades del encuentro. "Me llamó la atención el semblante del hombre al entrar: lo ví cansado, un poco demacrado", escribió Edi Zunino, director de la revista Noticias.
Zunino contó detalles del encuentro.
Acompañado por sus colegas Eduardo Feinmann y Gloria López Lecube, Zunino contó que Macri demoró casi media hora en sumarse. Su vocero Ivan Pavlovsky explicó que se había estirado “un poco más de la cuenta una reunión sobre temas energéticos”.
"Bien, mejor de lo que esperaba. Pese a lo que nos encontramos, me siento cómodo", fue la primera respuesta del mandatario cuando le preguntaron cómo estaba.
El comunicado oficial.
Cuando el periodista de Noticias le confesó que lo veía cansado, el presidente respondió que "arranco muy temprano y la agenda viene cargada. Pero estoy bien".
"Estaba, más que sentado, recostado en el sofá -siguió Zunino-. Hablaba lento, pero nunca es la verborragia su característica más visible".
El presidente "hablaba lento".
Esa tarde Macri parecía molesto por la supuesta ansiedad de los grandes medios y del llamada “círculo rojo” ante problemas como la inflación y los tarifazos.
"De golpe", contó Zunino, el vocero "atendió el celular y avisó, sonriente, que le estaban consultando sobre una supuesta internación de MM. Aislados como estábamos de lo que sucedía afuera (hay que dejarle el celular a la guardia antes de entrar al despacho), obviamente nos reímos. Macri no estaba internado. Estaba ahí".
La tarde tuvo sorprendentes idas y vueltas.
La consulta era de "un pibe del diario Perfil". Mientras el jefe de Estado se levantaba para ir al baño, Pavlovsky atendió otro llamado, del periodista Román Lejtman, "interesado en despejar los rumores que, al parecer, ya eran cataclísmicos". El colaborador del presidente insistió en que estaba bien.
Cuando se retomó la charla, "Pavlovsky salió de escena porque el teléfono lo volvía loco. Y regresó a los dos o tres minutos para pedirnos que, pese a tratarse de un off the record, nos sacáramos una foto para desactivar la idea de un Macri enfermo. Ninguno de los visitantes teníamos nada que ocultar, así que se tomó la imagen con el smartphone".
La foto como "prueba de vida".
Más tarde, el presidente estaba internado. "Yo no entendía nada", confesó Zunino. "Y menos la comunicación presidencial".