Nunca se quisieron; a veces disimularon. En Boca, la sociedad Macri-Riquelme fue deportivamente exitosa y personalmente conflictiva.
Una relación picante.
Durante la presidencia del tandilense, el enganche se consagró ante los hinchas, ganó todo lo que podía ganar y se consolidó en el panteón de los ídolos xeneizes.
Con el ex jefe de Gobierno a cargo de la Casa Rosada durante los próximos cuatro años, Román tenía algo que decir. Desde su retiro, juega cada vez más fuerte afuera de la cancha.
“Es sorprendente que un club de fútbol ayude a alguien así. Boca lo ha ayudado mucho, nosotros lo hemos ayudado mucho. Lo mínimo que puede hacer es pagar un asado“, bromeó en una entrevista con “Estudio fútbol” en TyC Sports.
Como para no quedar afuera de la extraña ola de entusiasmo que afecta a buena parte de los argentinos, el ex jugador planteó enseguida: “Espero que pueda cumplir con lo que sueña y que todos los argentinos podamos vivir mucho mejor”.
Riquelme: "Es casi seguro que en diciembre del 2016 hago mi partido de despedida". pic.twitter.com/PFs9z4sEqQ
- Estudio Fútbol (@EstudioFutbolOk)
river, boca y barcelona
"No tengo idea de cómo se le juega al Barcelona, pero creo que el jugador argentino siempre da algo más en estos partidos", analizó en relación a un eventual final entre River y los catalanes. "Acá te chocan, te agarran... Allá dominás y girás. Se divierten".
Riquelme y un paso discreto por Barcelona.
"El primer semestre de River fue muy bueno y va a ser difícil que lo repita", anticipó. Y también reconoció que tiene “una debilidad muy grande por Iniesta. Messi es el mejor del mundo, y después Cristiano Ronaldo".
En relación a los refuerzos que quisiera sumar para “su” club, dio nombres concretos: Lucas Zelarayán (Belgrano), Oscar Benítez (Lanús), Clemente Rodríguez y Pablo Ledesma (Colón).