Big Bang! News
Más
Inadmisible

Roberto Navarro responsabilizó a Milei y a Majul por el ataque que sufrió: "¿Les parece suficiente odio?"

"El golpe en mi cabeza fue el golpe a cualquier periodista crítico", declaró el director de El Destape.

28 Abril de 2025 13:11
Roberto Navarro
Roberto Navarro

En un episodio que ha dejado una profunda tristeza y preocupación en el ámbito periodístico, el director de El Destape, Roberto Navarro, fue víctima de un violento ataque de odio el pasado lunes en el lobby de un hotel. Este lamentable suceso desató una ola de repudio y preocupación entre colegas y figuras públicas políticas, que ven con inquietud el creciente clima de hostilidad hacia los periodistas en Argentina durante el gobierno de Javier Milei

Navarro relató con dolor cómo, apenas minutos después de ingresar al hotel, fue abordado por una persona que comenzó a insultarlo vehementemente: "Yo hacía como que no lo escuchaba y él seguía, lo hacía cada vez más alto. Finalmente, fui hacia él y la persona me atacó físicamente. Recibí un golpe en la cabeza desde atrás", compartió el periodista, todavía afectado por el traumático evento que le dejó un "hematoma gigante" y lo obligó a permanecer bajo observación médica durante dos días.

Navarro cuando estaba internado
Navarro cuando estaba internado

El ataque no fue un hecho aislado. Justo el día anterior, el presidente Milei había publicado un tweet con las mismas palabras que utilizó uno de los agresores: "Periodistas mentirosos". Este tipo de mensajes, cargados de violencia verbal, son una constante en el discurso del mandatario, quien no ha dudado en arremeter contra diversos colectivos sociales históricamente vulnerados y figuras públicas que no comparten su ideología.

La relación entre Luis Majul y el gobierno también fue señalada por Navarro como parte del problema. Majul había acusado recientemente a Navarro de ser "un operador que dice que trabaja de periodista"; sobre esto, el director de El Destape, fue contundente: "Me cuesta tomarlo como una opinión personal por la relación que tiene Majul con el Gobierno", respondió Navarro, evidenciando la tristeza y frustración que le genera ser blanco de tales ataques.

Este repudiable acto ha generado una amplia condena desde distintos sectores. Diputados, senadores, artistas y colegas han expresado su solidaridad con Navarro y su rechazo a la violencia: "Vamos a tener que cuidarnos más", confesó el periodista tras hablar con otros colegas preocupados y en la misma línea, dijo: "Esto nos genera miedo y el miedo genera silencio. El golpe en mi cabeza fue el golpe a cualquier periodista crítico".

En una suerte de conclusión, el periodista responsabilizó no sólo al presidente sino también al periodista alineado con las fuerzas del cielo: "Hago responsable al Presidente por lo que me pasó y lo que me pueda pasar, y también a Luis Majul, que se ocupa de marcar", dijo y cerró: "Le pregunto ahora Presidente, ¿le parece suficiente odio ese?". 

Domingo de odio mileista

En un amanecer que prometía ser tranquilo, el mundo virtual se vio sacudido por una serie de tuits incendiarios provenientes de Milei durante el domingo 27 de abril. La ira del presidente se desató contra los medios de comunicación que se encuentran en una posición crítica respecto a su gestión. La razón: la divulgación de su ausencia y la de su hermana Karina en el acto fúnebre del Papa Francisco en el Vaticano.

La imagen oficial del evento fue clara y contundente: dos sillas vacías que pertenecían a los hermanos Milei, quienes llegaron minutos después, pero no a tiempo para evitar el bochorno internacional. Marcelo Bonelli, uno de los periodistas que reportó el incidente, se convirtió en blanco de los ataques verbales de Milei, quien no escatimó en insultos durante todo el día.

Milei contra Marcelo Bonelli
Milei contra Marcelo Bonelli

Desde las 6 de la mañana hasta las 20 horas, Milei no dejó de arremeter contra los periodistas a quienes calificó de "ensobrados", mientras alababa a aquellos pocos que apoyan su visión tales como Jonathan Viale o Luis Majul. La violencia verbal escaló con decenas de tuits ofensivos e incluso comparaciones anales de muy mal gusto.

"Siempre peleado con los hechos. Un mentiroso patológico. No importa el tema que trate, siempre miente", lanzó Milei en uno de sus tuits. Y añadió con violencia: "En definitiva, vale la reflexión twittera: la gente no odia lo suficiente a los periodistas". En otro mensaje, continuó: "Después te vienen los reyes de la tibieza a cuestionar las formas (la mayoría de las veces con videos de hace muchos años) para enfrentar a bestias como la del video".

La diputada Lemoine también se sumó a la escalada de odio
La diputada Lemoine también se sumó a la escalada de odio

El clima hostil hacia la prensa no es nuevo. En 2025, dos periodistas sufrieron graves agresiones bajo el gobierno de La Libertad Avanza: Pablo Grillo recibió un disparo en la cabeza con una bomba de gas por parte de la gendarmería, y meses después Roberto Navarro fue brutalmente golpeado por un seguidor de Milei. Estos incidentes han convertido el ejercicio del periodismo en Argentina en una actividad cada vez más peligrosa, especialmente durante las marchas de los miércoles donde las Fuerzas Armadas, lideradas por Patricia Bullrich, han sido acusadas de gasear y golpear a los comunicadores.

Más tarde, Milei volvió a cargar sin filtros: "El periodismo político, en general, se convirtió en una mezcla inmunda entre ciencia ficción y chimentos baratos de peluquería propios de un ejército de mitómanos". Y continuó con una serie de tuits que ridiculizaban a los medios críticos: "Así se papea a los periodistas ensobrados. Y recuerden que no los odiamos lo suficiente".

Pablo Grillo momentos antes del impacto
Pablo Grillo momentos antes del impacto

Ni siquiera la muerte del Papa Francisco pudo aminorar el torrente de odio generado por Javier Milei. La libertad de expresión parece estar encadenada a una espiral de agresiones sin fin, acercando peligrosamente al periodismo argentino al total abismo. En un contexto donde informar se convierte en un acto casi heroico, el futuro del periodismo en Argentina se vislumbra incierto y cada vez más sombrío.

10