por Gonzalo Prado
17 Agosto de 2020 13:28El jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, tocó varios temas con el presidente Alberto Fernández y el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, en los diferentes encuentros que mantuvo con ellos la semana pasada. Desde aperturas, hasta estrategias e incluso el regreso a casa de 5.100 alumnos que corren riesgo de perder la escolaridad por falta de infraestructura y apoyo familiar. Sin embargo, hubo una tangente que parecería no repetirse a partir del 30 de agosto: no generar problemas entre jurisdicciones.
“Vamos a tener que ceder un poco más en esta etapa nuevamente, pero va a ser la última vez”, le dijo el jefe de Gobierno a su grupo de colaboradores más cercanos antes del anuncio del viernes. Es que la intención del Ejecutivo porteño era avanzar con más aperturas, sin embargo el pedido presidencial y la intención de flexibilizar con mayor velocidad a partir de la semana entre el 22 y el 30 de agosto hicieron que se ponga en pausa esa intención.
Pero los planes oficiales sufrieron un cambio. Las críticas por la decisión de que 5.100 alumnos regresen a las aulas a partir del 7 de septiembre, que contó con la venía de Fernández incluso para su anuncio, generó que cerca del alcalde porteño tomen la decisión de avanzar sin contemplaciones cuando los números lo permitan. “A partir de ahora, si los números de contagios, de propagación, de camas ocupadas, si los indicadores nos dicen que tenemos que seguir abriendo lo vamos a hacer. Se terminaron las contemplaciones, no podemos seguir en una cuarentena eterna”, le dijo a BigBang uno de los funcionarios de trato permanente con Rodríguez Larreta.
Se terminaron las contemplaciones, no podemos seguir en una cuarentena eterna”
El martes de la semana pasada, el alcalde porteño y el jefe de Estado acordaron que se avanzaría con la presentación de un protocolo ante el titular de la cartera de Educación nacional, Nicolás Trotta, para evitar que 5.100 alumnos pierdan la escolaridad. Cuando trascendió la noticia e incluso luego del anuncio, Trotta sostuvo que no tenían pensado habilitar eso porque era de "imposible cumplimiento".
“No estamos de acuerdo con que los chicos en la ciudad de Buenos Aires vuelvan a las aulas", afirmó Trotta que además dijo que hay que "trabajar con los que no tienen conectividad en sus hogares", posición que sostienen también los sindicatos docentes, que denunciaron la desigualdad en el acceso a la educación de los alumnos de los barrios vulnerables.
En la Casa Rosada admiten que más que una cuestión sanitaria es simbólica. “Si pasa en la Ciudad, como hacés para que entiendan en el resto de las provincias que se trata de una situación diferente. No todos tienen la capacidad de reacción que hay en la capital”, remarcaron.
A esa misma conclusión llegaron cerca de Rodríguez Larreta, pero consideran que el tiempo de estar a la defensiva con la pandemia se terminó. “Hay que mirar lo que se viene después, no se puede quedarse con la cuarentena eterna”, replican en Educación de la Ciudad. Desde la Ciudad están "obsesionados con la recuperación de las clases presenciales". Pese a no poder volver a la modalidad presencial de clases, Acuña consideró que "el año no está perdido": "Estamos abriendo los gabinetes tecnológicos de las escuelas para que los chicos puedan ir a usar las computadoras".
Hay un dato no menor en toda la disputa. El protocolo base que usó la Ciudad para esta iniciativa es el que se consensuó con el Ministerio de Educación nacional, es decir que de rechazarlo el propio Trotta estaría aceptando que estuvo mal hecho el que él mismo realizó. Por estas horas, la principal preocupación en Olivos es no pagar el costo político del rechazo, de llegar, a la medida.
Entre el 22 y el 30 de agosto Rodríguez Larreta tendrá en sus manos el informe de inmunización del territorio porteño. Se trata de la búsqueda de casos que viene realizando por fuerza del testeo y el Operativo Detectar el ministerio de Salud, a cargo de Fernán Quirós. Con esa estadística, el alcalde porteño espera poder avanzar fuertemente en más apertura en especial de las actividades que requieren del tránsito interjurisdiccional como es la construcción privada.
La tesis que manejan es que si el nivel de inmunización es igual o mayor a 40% de la población esto permitiría que cualquier movimiento de personas de otras regiones no impactaría creando un nuevo foco. Lo único que habría que esperar, de ser así, sería el rebrote tal y como sucedió en otras partes del mundo.
Internas en Juntos por el Cambio
Pero al margen de la estrategia sanitaria per se, la diferencia de criterios con Nación y la provincia de Buenos Aires también trae aparejado un ordenamiento interno de Juntos por el Cambio. En el medio de la disputa de liderazgos en donde el ex presidente Mauricio Macri quiere mantener su gravitación, con una Unión Cívica Radical (UCR) que busca quedar mejor posicionada dentro de la coalición pensando en el 2023, una Elisa “Lilita” Carrió que evalúa abandonar su retiro de la vida pública y un ala moderada que reclamada, tal como hizo recientemente el ex ministro de Interior, Rogelio Frigerio, una mayor apertura a dirigentes de otros espacios, el diferenciamiento de Rodríguez Larreta traería un poco de “paz” a esas internas.Tal y como contó BigBang mantener la unidad de Juntos por el Cambio es una de las principales obsesiones que tiene el alcalde porteño que busca mantener a todos los miembros de ese espacio contentos. Aunque hay algunas tensiones, propias del juego de poder, que generan “baches” e internas.
Una de las últimas se dio en la provincia de Buenos Aires en la elección partidaria de la UCR. Es que el ex senador nacional por la provincia de Mendoza, Ernesto Sanz abandonó su retiro de la política y quiso jugar fuerte desde el inicio; en las últimas horas hizo conocido su apoyo al diputado provincial Maximiliano Abad para presidir la sección bonaerense del centenario partido. Esa estrategia cuenta también con el apoyo de la ex gobernadora, María Eugenia Vidal. Un dato no menor es que Abad es una de las espadas legislativas de Vidal, por lo que su apoyo no generó sorpresas.
No obstante ello dentro de la propia UCR existe bronca por esa decisión de Sanz de meterse de lleno en una interna de otra jurisdicción. Quien levantó la voz fue el secretario general de la UCR de la provincia de Buenos Aires y rector de la Universidad de Almirante Brown, Pablo Domenichini. “Es extraño que un dirigente de otro partido pueda involucrarse en la vida institucional interna de la UCR de Buenos Aires, pero que radicales pidan "ayuda" para dirimirla no solo no corresponde sino que es inédito. Esperamos una rectificación de Sanz”, afirmó.
“Estas intervenciones son las que luego imposibilitan el libre ejercicio del debate de propuestas como sucedió en los últimos años y terminan con un partido que hace seguidismo 'con mansedumbre bovina', como diría Lebensohn. No nos consta y no creemos que Vidal tenga la voluntad de “meterse de lleno en la campaña” interna, como dice Sanz. No hablaría ni bien de nosotros ni de ella”, agregó Domenichini.