Luego de más de un mes de idas y vueltas, y en medio de los reclamos internos de organizaciones sociales, finalmente el Gobierno definió que no pagará la cuarta cuota del Ingreso Familiar de Emergencia (IFE), el bono que Alberto Fernández lanzó en marzo en plena cuarentena estricta y que llegó a casi 9 millones de personas a pesar de que la proyección era que alcance apenas a 600 mil.
El encargado de desestimar esa posibilidad fue el ministro de Economía, Martín Guzmán, que en declaraciones al canal C5N remarcó el miércoles por la noche que no habrá un cuarto tramo del IFE. "Hoy no es el momento de un IFE 4. Nos guardamos cierto grado de flexibilidad por si la pandemia vuelve a pegar la vuelta", dijo.
"Que la pongan las grandes fortunas": Grabois empapeló las calles por el impuesto extraordinario
El ministro de Economía nunca estuvo del todo de acuerdo en seguir manteniendo ese programa de asistencia y pregonaba, incluso luego del acuerdo con los bonistas en agosto, una forma diferente de asistencia que tenga menor impacto en las arcas fiscales.
Por cada cuota del IFE el Estado debe desembolsar 90 mil millones de pesos. Y si bien la recaudación comenzó a recuperarse, todavía está a la baja por el cese de la actividad. Esa cifra sería alrededor de un tercio de lo que el Gobierno esperaba recaudar con el aporte solidario a las grandes fortunas, el impuesto por única vez que deberían pagar las 9.289 personas más ricas del país.
Ese proyecto, impulsado por Máximo Kirchner y Carlos Heller en Diputados se mencionó por primera vez el 5 de abril en una entrevista de Horacio Verbitsky a Alberto Fernández, pero por ahora sólo obtuvo dictamen de comisión en la Cámara Baja y desde el 25 de septiembre aguarda la ocasión para ser tratado.
El IFE por hasta ahora demandó $270.000 millones, en un contexto de emisión monetaria récord en todo el mundo. El Tesoro argentino no sólo tuvo que solicitar al Banco Central de Brasil que le imprima billetes, sino que también necesitó que desde la Casa de Moneda y Timbre en España (la misma que asaltan los famosos delincuentes de La Casa de Papel) envíen billetes para imprimir más pesos.
“Hay actividades que fueron retomando. Hay un emprobrecimiento de la sociedad, por eso se va a seguir con algunas líneas, pero la idea es estar en donde más se lo necesita”, desde el Gobierno ante la consulta de por qué no habrá un cuarto IFE.
A eso se le suma, según explican, que si bien esperan que la recaudación repunte un poco en los próximos meses, Guzmán (como también el resto de los ministros de Economía provinciales) sostiene que con suerte en términos reales el 2021 estará a la mitad de lo que tendría que haber sido el 2020 en términos de ingresos.
En ese contexto, el único impuesto que vio un aumento sostenido en su recaudación, el PAIS que es el 30% de recargo que se le pone al dólar ahorro, en octubre cortó su suba sostenido como consecuencia del endurecimiento del cepo al dólar.
Semanas atrás, el Gabinete económico analizaba la posibilidad de "focalizar" el IFE y pagarlo a los subgrupos más perjudicados. Hasta ahora lo recibieron casi 9 millones de trabajadores informales, desocupados, monotributistas de las categorias A y B y empleadas de casas particulares. La idea que deslizaron era que pudieran recibirlo los jóvenes de hasta 28 años y las mujeres que sean jefas de hogar.
¿Y el impuesto a las grandes fortunas?
Con el último cambio que tuvo el dictamen, tomar el día que se apruebe (de hacerse) el proyecto como el momento de corte y no el cierre fiscal del año pasado para evitar así el argumento de confiscatorio, la intención del bloque del Frente de Todos que comanda el diputado Máximo Kirchner es de avanzar. Pero por lo bajo admiten que hay “algunas presiones” dentro del propio Gobierno para seguir “frenándolo”.En los cálculos con los que el oficialismo defendió la iniciativa en la Cámara de Diputados se establecía que se esperaba recaudar, a plata del 2020, cerca de $307.000 millones lo que alcanzaría al menos para cuotas más del IFE.
Nadie se atreve a decir el origen de las presiones, pero hay dos trascendidos: una estrategia política de negociación para con el empresariado argentino con el cual Fernández tuvo una serie de rondas de encuentros mano a mano en los últimos días. “Si se tensa la relación, se reflota el proyecto”, explicaron a BigBang. Días atrás el ministro de Economía mantuvo un encuentro con los empresarios más poderosos del país que integran la Asociación Empresaria Argentina. De allí trascendió un diálogo entre Guzmán y el CEO del Grupo Clarín, Héctor Magnetto: "Los que gobernamos somos nosotros", le habría dicho en el tenso encuentro, del que participaron Paolo Rocca, CEO de Techint, y Alfredo Coto.
El otro rumor apunta a la negociación con el FMI. El representante ante ese organismo y virtual número dos de la cartera de Economía, Sergio Chodos, está inmerso en la labor de que el ajuste fiscal que habrá el año que viene este más cerca del déficit de 4 puntos que el de 3 puntos del PBI que piden los técnicos del Fondo. La necesidad de corrimientos de pagos como solicitó esta semana el Gobierno están a la orden del día. Si la garantía que busca establecer el Gobierno se centra en la productividad, según explican, tensar más la cuerda con el empresariado no es una opción.
A su vez, la propia directora ejecutiva del FMI, Kristalina Georgieva, alentó a los estados a cobrar impuestos más altos a los ricos. "Hay que evaluar impuestos más altos para los más acaudalados", dijo semanas atrás.
Hace dos semanas el propio presidente le dijo al ministro de Desarrollo Social, Daniel Arroyo, que tenían que acelerar con el plan para trasnformar el IFE en puestos laborales en el marco del programa Potenciar Trabajo, que apuesta a crear 300 mil empleos. Ahí se le dio el empujo final a la “sintonía fina” del asistencialismo post-pandemia.
El plan que se tejió cuenta de cuatro partes:
La carga doble de la Tarjeta Alimentar, que se haría en diciembre (quienes hoy cobran $4.000 percibirán $8.000, y quienes hoy reciben $6.000 recibirán $12.000) La distribución de 1,7 millones de cajas navideñas. El plan Potenciar: inclusión jóvenes. Y el refuerzo de la Asignación Universal por Hijo.Este último está en la fase final del estudio en la ANSES. Su titular, Fernanda Raverta, se encuentra abocada a las rondas en el Congreso por la nueva fórmula de la movilidad jubilatoria que defendió hoy.
Mientras tanto Arroyo hoy tendrá por la tarde una reunión con todos los ministros de Desarrollo Social del país en lo que se denominada como Consejo Federal de Desarrollo Social (CONFEDESO) con la mira puesta en lo que se será diciembre. Si bien la fecha estaba pautada con antelación (se juntan una vez por mes) el tema central será el anuncio de Guzmán.
La idea que tienen en la Casa Rosada es que cada una de las provincias lleve adelante planes simulares al Inclusión Jóvenes. “Lo que haces ahí es darle una solución al problema de los jóvenes sin trabajo, los NI-NI (Ni estudian, ni trabajan) y reducís parte del espectro que te deja el fin del IFE”, explicó uno de los ministros que estará hoy.