Las internas dentro del Gabinete y el fastidio del presidente, Mauricio Macri, podrían tender a resolverse antes de tiempo. Es que el Gobierno prepara el “retiro espiritual” que comenzará este jueves por la tarde en el complejo presidencial de Chapadmalal, a 20 km de Mar del Plata.
Macri encabezará un nuevo retiro espiritual, este algo más austero.
El retiro se da en un contexto particular: el presidente se cansó de las demoras en la obra pública, en especial las que están a cargo del secretario Daniel Chain, y también empezó a quejarse de Francisco “Pancho” Cabrera (Producción) y de Jorge Lemus (Salud). Son tres de los funcionarios que más problemas desencadenan en la gestión de Cambiemos.
Es en este marco, el equipo del jefe de Gabinete, el optimista Marcos Peña, está organizando el encuentro bajo dos ejes: hacer un balance de la gestión a un año y mostrar los planes que tiene cada área.
Para eso cada ministro tendrá unos 20 minutos para exponer sus desafíos hacia el 2017 y defender cómo está su cartera. Son 22. Será largo. Aunque seguramente a algunos de ellos les alcance la mitad del tiempo. Hay muchos que no pueden demostrar reales avances en lo que prometieron.
El Presidente busca poner fin a las internas en el Gabinete.
Está también previsto que hable Peña, quien dará una visión global de los objetivos y la estrategia general del Gobierno para el año electoral. Por supuesto, hablará Macri: no será muy condescendiente con la marcha de algunos ministerios. Queda la incógnita si hablará con nombre y apellido sobre la cuestionable subejecución de partidas del ministerio de Salud, los viajes al exterior del rabino Sergio Bergman (Medio Ambiente) o el desconocimiento profundo de Oscar Aguad (Comunicaciones) sobre su área.
El complejo: habitaciones compartidas y catering austero
El complejo de Chapadmalal, lejos de ser un hotel boutique, se asemeja más a un 3 estrellas. Por ello algunos ministros en estos días mostraron cierto malestar. Peor aún: la mayoría deberá compartir los austeros bungalows.
El refugio en la Costa Atlántica que eligió el Presidente para su retiro espiritual.
Si Peña quisiera jugarles una broma (los chistes no son su fuerte) podría ubicar cerca a la canciller, Susana Malcorra, con Cabrera, quienes se pelean desde hace meses por manejar la Agencia de Inversiones. ¿A quién le tocará compartir dos días con Juan José Aranguren (Energía)?
Por suerte para Lemus, el titular del PAMI, Carlos Regazzoni, no está en la lista de invitados. Ambos comparte el gabinete social, son médicos pero se llevan muy mal: difieren en las políticas sanitarias.
Dudas sobre la distribución de las habitaciones de los funcionarios.
O, acaso, Mario Quintana, uno de los coordinadores del Gabinete, podría pasar las dos noches con “Pancho” Cabrera. Quintana, dueño del grupo que controla Farmacity, se cansó del ministro de Producción y le pidió a Gustavo Lopetegui, el otro coordinador, que se haga cargo del área.
Fue la segunda vez que entre los dos vicejefes de Gabinete se pasan un funcionario por diferencias personales y de gestión insalvables. La primera fue con Isela Constantini (titular de Aerolíneas Argentinas), quien tiene una pésima relación con Lopetegui, ex CEO de LAN (hoy Latam). Problemas de alto vuelo.
“Ojalá me toque con Carolina (Stanley, de Desarrollo Social)”, se burlaba ante BigBang uno de los pícaros funcionarios de origen radical. La belleza de la ministra no pasa desapercibida en el gabinete. Es difícil pensar, de todos modos, que las habitaciones serán mixtas.
Otra incógnita que inquieta a algunos: cómo soportar los habanos que suele disfrutar Ricardo Buryaile (Agroindustria) o si el ministro de Educación, Esteban Bullrich, deberá pedir una cama especial para poder descansar con su 2,02 metros de altura. Otro dilema que se resolverá: si Guillermo Dietrich (Transporte) convence a sus colegas de usar bicicletas en el tiempo libre o no. Dura tarea.
Dietrich podría disfrutar de un paseo en bicicleta dentro del complejo.
Ante esto, la secretaria General, a cargo de Fernando de Andreis (quien para acortar tiempo podría viajar directo desde Balcarce, donde tiene un campo personal) está reacondicionando el chalet presidencial. Había sido ocupado por tres funcionarios bonaerenses. Es que María Eugenia Vidal ya había hecho uso de uno de los chalets que tiene a disposición la Gobernación. Fue cuando organizó el retiro espiritual con su propio gabinete a mitad de año.
Como sea, la cocina promete ser austera también: allí comieron los ministros bonaerenses con Vidal y varios extrañaron los almuerzos en el Banco Provincia. Milanesas, pastas y algún postre sencillo, como helador tricolor o flan. El catering no es el fuerte del complejo que inauguró Juan Domingo Perón en 1947: se usó durante los últimos años para turismo social y Cristina Kirchner prácticamente no iba. Cada tanto lo usaba su hija Florencia.
Como sea, el jueves a la tarde-noche comenzarán a llegar los funcionarios y ese día se prevé un asado para distender. Al otro día empezará una suerte de gran reunión de gabinete: desde la mañana hasta la noche. Habrá, por supuesto, Power Points, y cada ministro expondrá pero podrá recibir preguntas de sus colegas.
Instalaciones sin lujos. Los funcionarios deberán compartir habitaciones.
Entre los funcionarios que se llevan bien ya comenzó un debate inquietante: no habrá tiempo para jugar al fútbol (Rogelio Frigerio, de Interior, puso el grito en el cielo) y, quizás, algunos minutos para bajar a la playa. El complejo tiene su propia bajada. Vidal, cuando fue hace tres meses con su equipo, se tomó algunos minutos para tocar la arena. La acompañaron en ojotas parte de su equipo de confianza.
Por lo menos, creen entre los ministros que chatean en su grupo en Telegram, tendrán tiempo para algún juego de mesa. El truco es una de las posibilidades.
De todas maneras, el sábado al mediodía, tras la última reunión por la mañana, podrán partir a sus casas. Habrá sido un retiro con sabor a purgatorio.