04 Septiembre de 2016 18:33
El segundo semestre transcurre con muchas más dificultades para Mauricio Macri que el primero a pesar de que el Gobierno repite hasta el cansancio que lo “peor ya pasó”. Lo cierto es que en materia energética, sindical, social y política lo más duro parece no haber transcurrido aún.
El Presidente debe enfrentar un complejo escenario político en el segundo semestre.
El macrismo tiene abierta una serie de frentes que amenazan con romper su estructura política y debilitar su discurso sobre un repunte económico y la baja de inflación que acompañaría en 2017 la creación del empleo privado.
Tarifas
Este paquete de optimismo y expectativas, con el que el Gobierno sostiene la imagen positiva de Macri, se vio erosionado por el cachetazo que le proporcionó la Corte al fallar en contra del incremento de las tarifas de gas. Un cimbronazo que podría tener una segunda réplica en el corto plazo -el fallo se espera para el próximo martes- cuando el máximo tribunal de Justicia falle sobre el aumento en las boletas de electricidad.
La Corte falló en contra del Gobierno y lo obligó a recular en su estrategia.
El Gobierno estima la decisión de Ricardo Lorenzetti y los integrantes del tribunal le costará a las arcas del Estado más de $20.000 mil millones, y por ello prepara de cara a las audiencias públicas que se desarrollarán el próximo 16 de septiembre una propuesta para incrementar las tarifas un 300 por ciento sin tope con aumentos semestrales.
Esta decisión generó versiones de supuestas renuncias de Juan José Aranguren y el ministro de Hacienda Alfonso Prat Gay que el jefe de Estado no habría aceptado.
La oposición en las calles
Este escenario se complicó con la fuerte protesta social en las calles, que halló en la Marcha Federal del viernes un nuevo exponente. La movilización organizada por la CTA, movimientos de izquierda y organizaciones del kirchnerismo reunió a 200 mil personas que exigieron al macrismo un cambio de rumbo en las políticas económicas.
La multitudinaria marcha llevó reclamos hacia la Casa Rosada.
El kirchnerismo, que aportó dirigentes de peso como el ex vicepresidente Amado Boudou -al borde del juicio oral por el caso Ciccone- y el ex gobernador Daniel Scioli, entre otros, también agita a través de los micrófonos y las redes sociales. Lo hace a través de la voz de quien condujo los destinos del país entre 2007 y 2015.
Cristina al ataque
Cristina Kirchner es también un problema para el Gobierno a pesar de que los más cercanos al Presidente sostienen que lo peor que podría pasarle al macrismo es que la ex mandataria termine presa. De cualquier forma, CFK es la voz crítica por excelencia de este Gobierno y así lo deja en claro con cada una de sus intervenciones en Facebook o Twitter, o cuando Roberto Navarro, su periodista preferido y el único con que habla, le permite explayarse al aire en sus programas de radio y tv de C5N y Radio 10.
Cristina aún mantiene altos niveles de influencia en la opinión pública.
Idilio con vencimiento
Los golpes también provienen del sector gremial. El triunvirato unificado de la CGT se presentó con fuertes críticas hacia Macri y su equipo económico, a pesar de que 48 horas después Hugo Moyano almorzó milanesas al horno de Awada junto al Presidente en la quinta presidencial de Olivos.
Ahora la CGT unificada analiza la posibilidad de lanzar un nuevo paro, tal vez, el primer mensaje de cara a un segundo semestre en el que desde el Gobierno ya cerraron las puertas a la posibilidad de una reapertura salarial.
La CGT unificada se presentó con fuertes críticas hacia el Gobierno de Macri.
Interna que se nota
La lista de inconvenientes continúa con algunas internas calientes dentro de Cambiemos, que podrían generar un cambio en la estructura de Gobierno de cara al próximo año. Marcos Peña es, tal vez, uno de los dirigentes más cuestionados dentro de Cambiemos, seguido por Juan José Aranguren, ministro de Energía que quedo en la mira tras el aumento.
Las internas en el Gabinete macrista se acrecientan.
En el Gabinete económico la situación no es mejor. Las versiones de internas cada vez más profundas entre Prat Gay y el presidente del Banco Central Federico Sturzenegger se acrecientan a tasas chinas. Paradójicamente son las tierras a donde Macri fue a buscar las tan ansiadas y prometidas inversiones, la llave de la felicidad que no abrió un escenario nuevo como el que anunciaba y esperaba el Gobierno.
Es que desde su llegada al poder nada, o muy poco, de lo planificado por Macri parece haber ocurrido como lo imaginaba.
