Con los casos de coronavirus en curva ascendente hace días, la Ciudad de Buenos Aires evalúa una serie de nuevas medidas de restricción que, según señala Clarín, podrían implicar un cierre casi total de actividades.
El principal cambio tendría que ver con que esta vez el gobierno de Horacio Rodríguez Larreta dejaría de lado uno de sus principales caballitos de batalla y finalmente suspendería las clases presenciales. Si efectivamente se decide la medida, duraría de dos a tres semanas.
Cambio de rumbo: las medidas más restrictivas que analiza el Gobierno de cara al viernes
La decisión final se tomaría luego de analizar la evolución de los casos de los próximos tres días, antes de que caduque el DNU presidencial que estableció restricciones hasta el 21 de mayo. Tampoco se descarta recurrir a un cierre casi completo de actividades pero manteniendo la presencialidad. De ser así, la presencialidad en las escuelas de la Ciudad llegaría a su fin el lunes 24 y se extendería por tres semanas.
"En base a lo que veamos hoy, mañana y pasado, si la tendencia al ascenso continúa, dese ya que estamos dispuestos a dialogar sobre más medidas porque no podemos tener de nuevo una curva de ascenso", anticipó este lunes el ministro de Salud porteño Fernán Quirós.
"La escuela es lo último que se cierra y lo primero que se abre, pero si vamos por una estrategia muy intensiva, la escuela podría acompañarla", agregó.
Otras medidas que podrían sumarse son el cierre de comercios como bares y restaurantes. De esa manera, sólo seguiría vigente la modalidad take away. En tanto, en sintonía con el Gobierno Nacional, tanto en Ciudad como en el Conurbano aumentarían las restricciones para las actividades sociales.
Mientras tanto, el presidente Alberto Fernández comenzó a debatir esta semana con su circulo más intimo de colaboradores si aumentará o mantendrá las restricciones actuales que estableció con el Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) que firmó hace 15 días y que vencerá el viernes 21 de mayo. Reunido con el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, y con la secretaria de Legal y Técnico, Vilma Ibarra, Fernández empezó a ver los escenarios posibles.
Tal y como contó la semana pasada BigBang, en la Casa Rosada la preocupación se centraba en el aumento de los casos en el resto de las provincias y por fuera del AMBA. Sin embargo, la última semana tanto la Ciudad como en el conurbano bonaerense evidenciaron una suba en el ritmo de los contagios. Paradojas de la situación, mientras que al mismo tiempo mostraban una reducción en la ocupación de las camas de terapia intensiva.
En su regreso de la gira por Europa, Fernández tenía pensado prorrogar el actual DNU a la espera de que el Congreso apruebe la ley para blindar las restricciones. Sin embargo, algunas objeciones por parte de los gobernadores (incluso los mandatarios provinciales más afines como el de Formosa, Gildo Insfrán) para tener más margen de acción en las categorías que delimita el proyecto que envió el Ejecutivo hicieron que se demorara su aprobación en la Cámara Alta.